Los fans de Vice Principals están de enhorabuena: su creador, Danny McBride, regresa este verano a HBO con una nueva comedia, The Righteous Gemstones. Como ya hiciera en sus trabajos anteriores, McBride no solo escribe y dirige la serie, sino que se ha reservado uno de los papeles protagonistas, el del hijo mayor de los Gemstone.
Pero ¿quiénes son los Gemstone? Pues una familia de predicadores fundadores de su propia Iglesia mundialmente conocidos gracias a su programa de televisión, que se dedican de cara a la galería a difundir la palabra del Señor y en privado a amasar fortuna y a llevar una vida alejada de la buena moral que reza el título de la serie.
En los episodios a los que hemos tenido acceso, descubrimos a un grupo de personajes cuando menos peculiares. Por un lado está el patriarca, Eli (John Goodman), fundador de la Iglesia que controla todo como jefe de la empresa que es, o al menos eso cree él. Eli, viudo, tiene tres hijos: Jesse (Danny McBride), Judy (Edi Patterson) y Kelvin (Adam Devine), cada cual peor que el anterior. Bueno, no, si una se salva es Judy, probablemente la más inteligente y fiel a su padre, que no desespera en su intento de ocupar el lugar que le pertenece en el seno de la Iglesia familiar y al que no tiene acceso por ser mujer.
No pueden faltar, por supuesto, el villano que quiere arrebatarle el poder a Eli Gemstone, los familiares que intentan subirse al carro hacerse un hueco bajo los focos de la fama y los ladrones de tres al cuarto que utilizan unos vídeos comprometidos para extorsionar a la familia. Sobra decir que entre todos no juntan un cerebro.
Si bien el contraste entre el discurso que presentan los personajes de cara a sus fieles y la moral distraída de la que hacen gala en su vida privada, el circo que se forma en torno a las homilías en las que miles de personas escuchan atentamente a su líder espiritual (sin contar los millones que lo hacen a través del televisor), los bautismos en masa, las técnicas de curación de las ovejas descarriadas y una sorpresa que no podemos desvelar me parecen interesantes y un reflejo bastante acertado de la sociedad y de las Iglesias (todas o casi todas) y su negocio de la fe, no sirve para llenarme y conseguir que quiera ver un episodio más.
En los primeros episodios pasan muchas cosas. Quizás el primer error de la serie es un episodio inicial de una hora de duración (el resto son de treinta minutos) que termina por hacerse cuesta arriba. Siempre he pensado que los episodios largos son enemigos de la comedia. Si algo tiene a su favor es que desde el principio las tramas son bastante dinámicas, y se nos presentan varios personajes y su rol respecto a Eli y su mujer fallecida, que son el centro y origen de todo. Aun así, un piloto más corto habría sido más digesto.
Mi mayor problema ha sido sin duda no conseguir conectar con el tono y el humor de la serie. Si os gustó Vice Principals probablemente disfrutaréis esta serie muchísimo. Si, como yo, no pasasteis del primer episodio, os encontrareis bastante perdidos. Personajes excéntricos, secundarios que no sabes muy bien cómo han llegado hasta ahí ni dónde van a llevarnos, personajes femeninos que esperas terminen pegando un puñetazo en la mesa (o en la cara de alguno), muchos desnudos frontales masculinos (tranquilos, no es Euphoria) y más de un plan tan disparatado como sus personajes.
A mí personalmente no me ha convencido, pero no creo que sea una mala serie, simplemente no soy el tipo de público al que va dirigida. Se estrena en HBO el 18 de agosto.
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