Después de siete años y cuatro premios Emmy, Orange Is the New Black pone el broche final a su aventura en Netflix. La historia inspirada en las memorias de Piper Kerman fue una de las primeras grandes series de la plataforma de streaming. A pesar del desgaste que ha sufrido la serie en sus últimas temporadas, se ha mantenido como uno de los contenidos originales más populares de la plataforma.
La serie ha querido poner toda la carne en el asador para despedirse por todo lo alto. Para decir adiós a Piper, Alex, Red y las demás, os dejamos con las siete claves de la séptima (y última) temporada de la serie.
1. El ICE Processing Center
La trama que ha capitalizado la séptima temporada de Orange is the New Black ha sido la que ha llevado a varias reclusas al Inmigration and Costums Enforcement (ICE). La season finale de la sexta tanda terminaba con Blanca (Laura Gómez) siendo interceptada al recuperar su libertad, pero ha estado acompañada, al menos en unos cuantos episodios, por Maritza Ramos (Diane Guerrero).
Recuperar a Ramos para este storyline ha sido todo un acierto, la inocencia del personaje hace que el drama de la deportación y el maltrato al que son sometidos los inmigrantes en Estados Unidos golpee con más fuerza al espectador. Además, la historia personal de Diane Guerrero no puede estar más unida a este proceso. La actriz cuenta en sus memorias In The Country We Love cómo sus padres fueron deportados cuando ella tan sólo tenía 13 años y cómo tuvo que vivir de los favores de las amistades.
Hace un par de años que se rumorea un posible serie en la que Guerrero interprete a una abogada que defiende a los inmigrantes en peligro de deportación. Quizás sea el momento de que vea la luz.
2. El poder de la educación
En la temporada de cierre de una serie sobre una cárcel, es casi lógico que se hable con mayor existencia en lo que espera a las reclusas fuera. Se ha hablado del la vida fuera con anterioridad, pero esta vez enfocada en la obtención del graduado escolar con el que podría llegar a ser más sencillo encontrar un empleo.
Lo que parecía una de las tramas simpáticas a las que nos tienen acostumbrados, gana importancia con el paso de los episodios y se convierte en un camino de redención para dos personajes: Taystee (Danielle Brooks) y Pennsatucky (Taryn Manning). La primera consigue, a través de la enseñanza, una vía para superar su extensión de condena; la segunda, superar su dislexia y aprobar el graduado. Por desgracia, nunca llegará a saberlo, convencida de haber suspendido por culpa de Luschek (Matt Peters), se suicida.
Sorprende el camino de Dogget al largo de la serie. Hemos pasado de odiarla, al atacar a Piper en la primera temporada; a sufrir con su pérdida.
3. La sombra de Piscatella
Podemos asegurar que el CO Piscatella (Brad William Henke) ha sido el personaje más indeseable de la serie. Tortura, engaño y violencia eran los ingredientes de su prisión. Sus propios hombres, terminaron por matarle, pero el muerto terminó sobre las reclusas. La temporada pasada, acabaron por declarar culpable a Taystee del asesinato porque Cindy (Adrienne C. Moore) mintió en su declaración.
Con Cindy puesta en libertad a lo largo de esta tanda, su relación con Taystee no logra recuperarse. De poco sirven los intentos de Suzanne (Uzo Aduba), la relación entre las una vez mejores amigas no tiene solución. Para colmo, Taystee casi se carga la relación de Cindy con su hija y su madre al enviar una carta en la que los engaños de la familia salen al descubierto.
4. La libertad de Piper
Piper Chapman fue en su momento la protagonista indiscutible de la serie pero poco a poco se hizo a un lado para abrir la serie a un reparto más coral. La temporada pasada ella salía en libertad, al resultar imposible alargar los dieciocho meses de condena mas allá de los siete años que ha durado la serie.
La libertad ha enfrentado a Piper con los fantasmas de su pasado. La relación su su padre, su exprometido y su ex mejor amiga. Además, la relación a distancia con Alex no funciona. Piper conoce a alguien fuera y Alex comienza una relación con CO McCullough (Emily Tarver). Por fortuna para todos los miembros del shippeo, al final triunfa el amor, a pesar de que envían a Vausse a Ohio.
5. La metamorfosis de Nichols en matriarca
Nicky (Natasha Lyonne) pasa esta temporada de la noche a la mañana de ligar desesperadamente con una de las mujeres recluidas en el centro de inmigración a hacerse cargo de la familia de la cárcel. La familia que se había reunido en torno a Red se ha fragmentado desde el motín. La mitad del grupo fue enviado a otra prisión, Piper en libertad...
Esta tanda de episodios ha obligado a Nichols a tomar el control. La depresión que atraviesa Morello (Yael Stone), tras perder a su hijo, es devastadora para su situación en la cárcel. Vince tiene que sufrir desde el exterior las mentiras de Lorna, incluida una cuenta en Instagram falsa para su bebé. Y cuando decide divorciarse de ella, Morello se vuelve imposible. Tanto, que es enviada a Florida.
Red (Kate Mulgrew) está en una situación igual de complicada. El encierro en aislamiento ha acentuado un principio de demencia. La cabeza de Red no ha estado bien durante toda la temporada, y lo hemos podido ver en el escenario que mejor domina, la cocina. Nicky tendrá que cuidar de su familia.
6. El contrabando de la familia Diaz
El contrabando ha sido un recurso habitual desde el inicio de la serie. Desde que Red fuese la reina de la cocina, pasando por la venta de bragas de Chapman. Ha sido, también, una forma fácil de mostrarnos el poder y la corrupción de los COs, que salvo la excepción de Blake (Nick Dillenburg) y alguno más, han aprovechado su influencia para beneficiarse de las adicciones y penurias de las reclusas.
Esta temporada ha corrido a cargo de la familia Diaz. Dayanara (Dascha Polanco) se ha convertido en la cabecilla de una banda de trapicheo. La caída de este personaje ha sido de las más brutales de la serie, pasando de la presa inocente que se enamora de un guarda, a asesina y ahora jefa de banda. La relación de su madre Aleida (Elizabeth Rodriguez) con uno de los COs abre las puertas del negocio Diaz, y el regreso de Aleida a la cárcel hace que la guerra por el control del negocio estalle. Utilizar como catalizador un conflicto que hemos visto muchas veces antes, consigue que esta trama pierda interés y fuerza. Una pena.
Esta temporada ha corrido a cargo de la familia Diaz. Dayanara (Dascha Polanco) se ha convertido en la cabecilla de una banda de trapicheo. La caída de este personaje ha sido de las más brutales de la serie, pasando de la presa inocente que se enamora de un guarda, a asesina y ahora jefa de banda. La relación de su madre Aleida (Elizabeth Rodriguez) con uno de los COs abre las puertas del negocio Diaz, y el regreso de Aleida a la cárcel hace que la guerra por el control del negocio estalle. Utilizar como catalizador un conflicto que hemos visto muchas veces antes, consigue que esta trama pierda interés y fuerza. Una pena.
7. La redención de Figueroa
Natalie Figueroa (Alysia Reiner) ha vivido un camino opuesto al de Daya. El desarrollo de este personaje ha sido muy amable. Ha pasado de reina de hielo supercorporativa a ser una defensora de los derechos de las presas y de las inmigrantes en el ICE. Enfrentándose a opresores, racistas y defendiendo a niños y a mujeres en su derecho a decidir. Figueroa nos ha regalado esta temporada momentos de orgullo mientras continúa con su extraña y cómica relación con Caputo. Mantener al personaje y darle más tiempo en pantalla ha sido una de las mejores decisiones dela serie.
Despedida de Orange Is the New Black
COMENTARIOS