Señores y señoras, hemos sido engañados. Nos vendieron una serie sobre el asesinato de Gianni Versace y finalmente nos dieron una sobre el asesino de éste. Suponemos que American Crime Story: Andrew Cunanan no era demasiado viable y no tenía tanto gancho, pero después de haber visto la temporada podemos asegurar que le perdonamos a Ryan Murphy un título tan poco acertado.
Con la temporada finalizada, ha quedado más que claro que American Crime Story: The Assassination of Gianni Versace no trata sobre la muerte del genio de la moda, sino que se centra en Andrew Cunanan, un joven que se une a la lista de personajes reales que se adaptan perfectamente a la ficción por su complejidad y personalidad, como podría ser Pablo Escobar en Narcos. Estamos hablando de un asesino en serie sin escrúpulos con un pasado complicado y unas ansias de reconocimiento desmesuradas. Sin glorificar sus hechos, es indudable que Cunanan era una persona de múltiples facetas, todas ellas fascinantes, y en la serie saben cómo captarlas a la perfección, representando las caras más humanas de un homicida de tal categoría.
Es cierto que la temporada no se fija exclusivamente en Andrew Cunanan, también nos muestra un Miami alocado y noventero que se mezcla con los altibajos de la familia Versace. Sin dejar atrás la crítica social, clave también en la primera temporada de la serie (American Crime Story: The People v O. J. Simpson), vemos los inicios de la icónica línea de moda y nos adentramos en la vida familiar de Gianni Versace, conociendo a una interesante Donatella interpretada por Pénelope Cruz, quien aporta humanidad a la historia.
Además de un título engañoso, cabe decir que también nos estafaron con los teasers de la temporada, clásico en Ryan Murphy y que ejemplifican de manera indiscutible los vídeos promocionales de American Horror Story año tras año. Pero la razón por la que excusamos este engaño es que, aunque a lo mejor no obtuvimos lo que se nos enseñaba antes del estreno, la temporada ha resultado ser técnicamente brillante. Visualmente cautivadora, con una banda sonora que acompaña y un guión trabajado y cuidado. Por otro lado, la elección de no presentar los hechos de una forma lineal y usar saltos en el tiempo es una idea arriesgada que puede confundir al espectador, pero funciona, y funciona muy bien. De esta forma, podemos entender mejor los actos de Cunanan y dejar lugar a la intriga, un elemento difícil de conseguir en las series que representan hechos reales.
Y no es sólo la calidad de la serie lo que disculpa el timo de las promociones y el falaz título. También es la maravillosa interpretación de Darren Criss. El joven actor pasó de protagonizar una comedia adolescente musical donde ya apuntaba maneras, a dar vida a uno de los asesinos más buscados del FBI. Criss lleva todo el peso de una ambiciosa temporada sin ningún esfuerzo, y hasta eclipsa al resto del elenco, que aunque también están a la altura, se quedan como secundarios. El personaje de Cunanan es complicado, pero la ex-estrella de Glee borda escena tras escena.
Tal vez si la serie hubiera sido sincera desde un principio no hubiera quedado como pretenciosa para muchos. Visto lo que nos ha ofrecido, no tenía la necesidad de presentarse como algo que no es, y tal vez ese haya sido su único error. Con una segunda temporada completamente diferente a la primera, American Crime Story sigue manteniéndose como una de las joyas televisivas de la actualidad, y aunque es pronto para decirlo, no sería nada descabellado apostar por la historia de Versace como ganadora en los próximos premios Emmy.
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