El pasado 5 de enero, Ryan Murphy y su compañero de fatigas, Brad Falchuk, asistieron a la gira invernal de la TCA (asociación de críticos de televisión estadounidense) para presentar la que será la próxima producción de su ocupada fábrica de series, Pose, que se verá en 2018 en el canal FX.
Si nos fijamos en la foto del evento, no se nos puede escapar un pequeño aunque relevante detalle que define tanto a la producción como a la actitud de sus productores frente a la misma: a pesar de que contará con la participación de ciertas caras conocidas como Evan Peters, Kate Mara o James van der Beek (todos ellos en una segunda y blanca fila), Pose no será una serie de estrellas. En la primera fila de la foto están los responsable de la serie, Murphy, Falchuk y Steven Canals, y junto a ellos están tres mujeres: la productora y guionista Janet Mock, y las actrices MJ Rodriguez y Dominique Jackson. Las dos últimas son dos de las cinco mujeres trans negras que interpretarán a mujeres trans negras en Pose (una tercera, Indya Moore, está detrás de Mock).
Con este gesto, y Murphy es un hombre plenamente consciente de cualquiera de ellos, el conocido productor confirma delante de la prensa estadounidense sus intenciones de crear una serie que será revolucionaria tanto en televisión como en la cultura popular, y por numerosas razones.
Hailie Sahar, Indya Moore, Dominique Jackson, Angelica Ross y MJ Rodriguez
Porque Pose será una serie que tratará sobre el apogeo de la escena ballroom a finales de los años ochenta en Nueva York, escena que ha evolucionado y se ha internacionalizado a día de hoy (explicar lo que es es complicado así que os recomiendo la lectura de mi artículo para Magnet).
Porque Pose contará con cinco actrices principales trans que interpretarán a cinco mujeres trans, además de otros actores principales LGBTQ+ que interpretarán a personajes LGBTQ+, que se suman a uno de los repartos más diversos de la historia de la televisión, con más de 50 integrantes multirraciales y LGBTQ+.
Porque aunque Murphy dirija los dos primeros episodios de Pose, en los siguientes seis episodios colaborarán directores trans pertenecientes a Half Initiative, un programa de mentoring interno creado para encontrar, formar y contratar como directores a mujeres, personas no blancas o LGBTQ+, y que ha entrado en funcionamiento en todas las series de Murphy desde 2016.
Indya Moore en Pose
Porque Canals (quien fue quien despertó el interés de Murphy por esta historia cuando le envió una propuesta en 2014) ha recurrido a la ayuda dos escritoras trans como Our Lady J (Transparent) y la activista Janet Mock para completar los guiones de la serie. Fueron ascendidas a productoras.
Porque, para contar las historias pertenecientes a la escena ballroom y desgranar los detalles que conforman su espectacular cultura, Canals y su equipo han acudido a miembros que pertenecen a dicha cultura como Michael Roberson y Twiggy Pucci Garçon, entre otros, para que asegurar la fidelidad de las historias y que se respete las raíces de su cultura.
Porque, para contar las historias pertenecientes a la escena ballroom y desgranar los detalles que conforman su espectacular cultura, Canals y su equipo han acudido a miembros que pertenecen a dicha cultura como Michael Roberson y Twiggy Pucci Garçon, entre otros, para que asegurar la fidelidad de las historias y que se respete las raíces de su cultura.
Erykah Khan en una competición actual en la escena ballroom
Porque para coreografiar las escenas de baile tan propias de esta cultura Pose ha contado con dos leyendas de la escena ballroom como son Leiomy Maldonado y Danielle Polanco, quienes han sido coreógrafas y colaboradoras de numerosos artistas en los últimos años. Además, entre los bailarines que veremos en Pose estarán auténticos participantes de la escena ballroom en la actualidad.
Porque Pose, aunque podría, no tratará sobre cómo sus protagonistas trans lidian sobre su identidad de género, sino que estos personajes ya tendrán plena consciencia de su identidad, lo que les dará la oportunidad de desarrollar sus propias historias, con sus alegrías y problemas, narrando especialmente cómo exploran el sistema de clases de la época, el género y la sexualidad de "una forma accesible pero que también es única y personal" mientras crean sus propias familias a través de las redes de la escena ballroom.
Demostración de voguing de Leiomy Maldonado
De todas estas formas, Ryan Murphy y compañía darán visibilidad y trabajo al colectivo trans, ninguneado en el sistema de las grandes producciones en su práctica totalidad; acabarán de golpe y porrazo con la apropiación cultural que la cultura ballroom ha sufrido durante décadas desde el Vogue de Madonna y el mismísimo Paris is Burning hasta la actualidad; y se asegurarán que todo ello quede grabado en una producción de altísima factura, cuidada apariencia y, con toda seguridad, rotundo éxito. Al igual que hiciera con Feud o American Crime Story, Ryan Murphy se sirve de su principal plataforma, las series de televisión, para contar las historias que cree que deben ser contadas y que están creadas para algo más que para entretenernos.
Aunque Murphy no es cercano a la escena ballroom, reconoce que la creación de Pose ha sido una experiencia muy emocional que le ha trasladado a su época de aceptación como hombre gay y que, como uno de los productores televisivos más exitosos, se siente en la obligación de "abrir puertas a los más necesitados" (en 2017 se registraron 28 asesinatos a mujeres trans en los Estados Unidos). Aunque en sus últimas palabras para la TCA sus motivos suenan más egocéntricos que altruistas, ya podemos considerar los efectos de Pose lo suficientemente positivos como para catalogar a la serie de revolucionaria, empoderadora y necesaria.
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