Sin conocer nada sobre el argumento de la nueva serie de Kay Mellor (In the Club, Love, Lies & Records), saber que estaba protagonizada por tres mujeres de sesenta años me pareció razón más que suficiente para interesarme por ella. Linda, Gail y Sue son tres mujeres que han sido amigas desde la juventud y que, por razones muy distintas, se encuentran en un momento de transición en sus vidas.
El punto de partida de la serie, y que sirve como excusa para presentarnos a las protagonistas y sus familias, es la muerte durante un crucero del marido de Linda (Phyllis Loga, Downton Abbey). Crucero en el que, además, trabajan los dos hijos de la pareja como parte del equipo de animación. Esa muerte repentina durante la celebración del aniversario de bodas de la pareja —que todo apunta a que se trata de un suicidio— deja a Linda triste y desorientada, además de endeudada por culpa de su difunto marido.
El día del funeral, Tom (Matthew Lewis, Harry Potter, Happy Valley), el hijo de Gail (Zoë Wenamaker, Harry Potter), un delincuente de poca monta con un hijo pequeño del que ocuparse, vuelve al hogar materno para cumplir parte de su condena en arresto domiciliario. Por si no fueran suficientes emociones, ese mismo día recibe los papeles del divorcio, algo que, por lo poco que vemos al ex-marido, es más bien una buena noticia. Y, como no hay dos sin tres, Gail se ocupa también de su madre, que vive en una residencia de ancianos.
Mientras tanto Sue (Miranda Richardson, And Then There Were None), la Carrie Bradshaw del grupo, ve como su existencia da un vuelco al ser despedida de la revista de moda a la que ha consagrado toda su vida para ser reemplazada por una mujer la mitad de joven que ella. Con su trabajo pierde también su piso, ya que estaba a nombre de su ex-pareja y director de la revista (con el cual tiene un hijo).
El funeral sirve de reencuentro de las tres amigas que, a pesar de haber mantenido relación durante más de cuarenta años, apenas conseguían coincidir las tres juntas en parte por el absorbente trabajo de Sue. Las tres están en un momento financiero y sentimental delicado y, suponemos, su amistad será lo que las ayude a recomponer sus vidas y salir adelante.
Girlfriends es una serie sin pretensiones, entretenida y con grandes actrices a la cabeza, correcta a nivel de guion y más que notable en la ejecución. No sé si las historias de estas mujeres atraerán a una audiencia masiva, e imagino que, tanto por las tramas como por el perfil de las protagonistas, encontrará su nicho de audiencia en mujeres de mediana edad, aunque, quién sabe, quizás consiga con su encanto y las tramas de los hijos atraer a una audiencia más joven. Porque la pérdida repentina de la pareja, los problemas de los hijos (que no se acaban en la infancia), los nietos y hacerse cargo de los padres, los problemas económicos, asumir el paso del tiempo o ver como la edad cuenta más que los méritos en un trabajo son problemas a los que, desgraciadamente, todos podemos enfrentarnos en algún momento.
Aunque personalmente no me haya apasionado, he de reconocer que he pasado un rato agradable viendo el piloto y es más que probable que le dé una oportunidad al resto de la temporada, aunque sólo sea para aplaudir el hecho de que se dé protagonismo a mujeres maduras que tienen muchas historias que contar.
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