Renovarse o morir. Ése es el secreto de toda buena serie. Un requisito que a día de hoy muy pocas cumplen. La gran mayoría opta por seguir estirando sus tramas de forma innecesaria, lo que a la larga acaba convirtiendo una buena serie en algo monótono y aburrido. Por ello, y tras la sorpresa que dio Blindspot en su pasada season finale, su regreso era uno de los más esperados para mí. Con el estreno de su tercera temporada, la ficción protagonizada por Jaimie Alexander (Kyle XY) ha conseguido reavivar, aún más, mi interés por su historia recordándome por qué me enganchó en sus orígenes.
Dejando a un lado el salto temporal de dos años y los nuevos tatuajes biolumínicos de Jane, la gran sorpresa de la temporada es la desaparición de Sandstorm. Y es que, tras sólo dos temporadas, la serie decidía, sorprendentemente, dar carpetazo a su trama principal y poner fin al grupo terrorista y su conspiración para aniquilar al gobierno, lo que indudablemente dejaba a los fans con muchas preguntas de cara a su nueva entrega. Jugar esta carta era un movimiento arriesgado, pues la serie tenía que ser capaz de plantear una nueva trama que pudiera agradar y satisfacer a sus fans, sin que con ello perdiera su esencia al intentarlo. Sin embargo, podemos respirar tranquilos: Blindspot ha hecho bien sus deberes y vuelve con la misma fuerza con la que se fue.
Los primeros minutos de la season premiere nos sorprenden con un giro radical de la temática a la que nos tiene acostumbrados la serie, algo que resulta chocante al principio, pero que va cobrando sentido conforme avanza el episodio. Alejándose del habitual tono dramático, asistimos a un montaje musical bastante meloso y alegre, que sirve como prólogo para contarnos la boda de Kurt y Jane. Sin embargo, y a pesar de que nuestra OTP parece haber conseguido por fin su final feliz, las cosas no tardan en torcerse y, tras un pequeño encontronazo con los últimos retazos de Sandstorm, Jane decidirá desaparecer con el fin de proteger a su marido y amigos. Un plan que no sale nada bien si tenemos en cuenta que tras el salto de dos años, Patterson, Zapata y Reed han desaparecido y Kurt casi se ha arruinado buscándola por medio mundo.
Los saltos en el tiempo entre temporadas son un recurso que, en la mayoría de los casos, sirve para cerrar ciertas tramas secundarias. Sin embargo Blindspot ha vuelto rompiendo esquemas y usa este recurso para convertir uno de esos “cabos sueltos” en el nuevo hilo conductor de la serie. La trama de la que hablamos no es otra que la de Roman, el hermano de Jane y nuevo antagonista de la historia, que regresa para embarcarse en una vendetta personal contra quienes lo engañaron y borraron su memoria. Y ya que hablamos de regresos, el más sorprendente sin duda es el de Rich-Dotcom, el megalómano y excéntrico hacker, que ahora trabaja como analista en el FBI, por lo que esperemos poder verle más a menudo sacando de sus casillas al equipo gracias a su exasperante personalidad.
Otro elemento que promete dar bastante juego esta temporada son los nuevos tatuajes de Jane. Gracias a un nuevo aparato bastante futurista, descubrimos que el cuerpo de nuestra heroína vuelve a estar lleno de pistas y puzzles que deberá resolver para detener el plan de Roman. En cuanto al resto del equipo, durante estos dos años cada uno ha tomado caminos distintos: Zapata se ha unido a la CIA y todo parece indicar que uno de los nuevos tatuajes está directamente relacionado con ella. Patterson abandonó el equipo para trabajar en Silicon Valley aunque, al parecer, ha seguido en contacto por algún motivo con Rich-Dotcom y, conociendo al hacker, seguramente se trate de algo poco ético e ilegal. Y por último tenemos a Reed que, tras la marcha de Weller, se ha convertido en el nuevo director de la oficina del FBI en Nueva York.
En líneas generales, el regreso de Blindspot confirma el buen estado de salud del que goza la serie, que no ha dudado en romper los esquemas y arriesgarse a cambiar para poder avanzar en vez de estancarse sobreexplotando una trama. Por su parte, esta nueva temporada promete volver a causar estragos en la vida de Jane, mientras pone su vida y la del resto del equipo de FBI en constante peligro. Todo ello mientras vamos averiguando lo que pasó en ese lapso de 24 meses en blanco.
COMENTARIOS