Esta semana nos toca despedir a Teen Wolf con mucha tristeza. Y es que a todos los fans nos pilló por sorpresa el anuncio por parte de MTV de que la sexta temporada sería la última de la serie. ¿Falta de audiencia? Lo dudo. ¿Dinero? Lo dudo también. ¿Ausencia de personajes clásicos como Stiles (Dylan O’Brien) y Derek (Tyler Hoechlin)? Es posible pero improbable.
A lo largo de los últimos seis años, Teen Wolf ha demostrado como una serie de corte sobrenatural y juvenil puede aunar los dramas de ambos mundos manteniendo un balance que atraiga a un público tanto adolescente como más adulto. Y es por esto que la serie ha sabido reciclarse temporada tras temporada, ya que las tramas se volvían más oscuras y menos adolescentes, a pesar de que los protagonistas siguieran siendo estudiantes de secundaria.
¿Quién iba a decir hace seis años que Teen Wolf iba a ser el fenómeno que ahora es? Nadie. Todos recordamos lo cutres que eran las peleas, los efectos e incluso la caracterización de los personajes. Los personajes eran los arquetipos que habíamos visto una y otra vez en todas las series adolescentes en los últimos 20 años, pero la serie tenía algo que hiciera que no apartaras la mirada y quisieras más (los actores y las actrices son guapos y eso ayuda bastante).
Como he mencionado anteriormente, uno de los éxitos de la serie era la evolución de unas tramas más adolescentes a unas tramas un poco más adultas y oscuras, sin dejar el petardeo juvenil a un lado. La segunda temporada fue clave para la continuidad de la serie con la incorporación de nuevos personajes, un rival (los cazadores), la rivalidad entre Derek y Scott (Tyler Posey) por ser el alfa y el mayor protagonismo de Lydia (Holland Roden), que más tarde se convertiría en un personaje clave para la serie.
La temporada 6B arranca justo después de los hechos de la 6A, el final de la Wild Hunt. Al cerrar la dimensión donde los cazadores llevaban a los habitantes de Beacon Hills, dejan escapar al Anuk-Ite, una de las criaturas más peligrosas a las que se ha tenido que enfrentar la manada. Con esta premisa arranca la recta final de la serie. Scott, Malia y Lydia ultiman sus preparativos para iniciar sus vidas después del instituto, instruyendo a Liam (Dylan Sprayberry) para que sea el alfa en ausencia de Scott.
Por un lado, esta mitad de temporada ha sido en muchas ocasiones demasiado lineal, sin grandes sorpresas, a excepción de la relación Scott y Malia (Shelley Henning), y le ha faltado esa chispa que tenía el resto de temporadas. Y es que el mayor problema de esta temporada es que la serie se ha tomado demasiado en serio así misma, faltándole el contrapunto humorístico que aportaba el personaje de Stiles.
Además, da la sensación de que la cancelación de la temporada les pilló por sorpresa y los guiones no están del todo pulidos, lo que en ocasiones provoca confusión y agujeros en el argumento. En el último episodio, ¿Lydia se convirtió en piedra o decidió meterse en una taquilla a ver cómo resultaba todo aquel jaleo?
Por otro lado, una de las cosas que menos me ha gustado es que no hemos terminado de ver ese relevo generacional en la serie, es decir, Liam al mando con su nueva manada. Creo que habría sido una premisa muy interesante para continuar la serie en una séptima temporada, ya que los actores originales se habrían liberado a la vez que se mantenía su espíritu en la serie. Además, la serie tendría unas bases sólidas para avanzar e introducir nuevos elementos sobrenaturales sin tener que volver a pasar por la temporada uno de la serie.
Finalmente, destacar positivamente que la temporada 6B ha mantenido la esencia que hizo que nos engancháramos a ella en la primera temporada. Por supuesto, y como era de esperar, el encuentro entre Stiles, Lydia y Jackson (Colton Haynes) ha sido uno de los mejores momentos de todo el último capítulo (y de toda la temporada). El final ha cerrado varias tramas que nos han llenado lo suficiente como para cerrar la puerta de Teen Wolf. Eso sí, abriendo un poquito la ventana a una posible continuación (de ilusiones también se vive).
Espero que tanto MTV como el showrunner Jeff Davis nos den buenas noticias pronto y confirmen la continuidad del universo Teen Wolf, que todavía puede dar mucho más de sí.
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