Como seriéfila empedernida, nunca me ha importado la naturaleza sexual de los personajes que seguía. Es un detalle que nunca me ha resultado relevante y que creo que no debería importar, sinceramente. Sin embargo, puesto que aún vivimos en una edad de piedad intelectual en la que a la gente le llama la atención o, incluso, le ofende con quién se va a la cama un individuo, considero una necesidad social el hecho de que la televisión, como el resto de medios, visibilicen la diversidad sexual de nuestra sociedad.
Si bien es verdad que en los últimos años la representación de personajes homosexuales ha incrementado considerablemente, hay que decir que no ha sucedido lo mismo con el colectivo bisexual, haciendo que espectadores que viven esta realidad, como es la redactora de este mismo artículo, nos sintamos infravalorados y marginados. La sociedad evoluciona lentamente y, a pesar de que el cine lleva décadas presumiendo de personajes de toda índole sexual, parece que la televisión aún no se siente preparada para dar voz a personajes bisexuales.
Las primeras series con personajes bisexuales
- The Prisioner: Cell Block H (1979): La soap opera australiana que cuenta la historia de una cárcel de mujeres fue la primera en mostrar no uno sino dos personajes bisexuales: la primera de carácter regular, Doreen Anderson, una peligrosa interna a la que le ocurren todo tipo de desgracias (violación, aborto, drogradicción...), y la segunda con un papel más breve y secundario, Terri Malone, una malvada y promiscua agente de policía que es despedida por su condición sexual. A pesar de los clichés, la serie muestra desde un punto de vista social los estigmas sexuales de aquella época pero a través de las palabras, no de actos físicos en sí.
- All My Children (1970): Este drama americano que muestra el enfrentamiento de los habitantes de un pequeño pueblo de Pennsylvania fue el primero en mostrar en abierto un personaje bisexual en el año 83 con Devon McFadden, una mujer divorciada con gran dependencia emocional de los hombres y adicta al alcohol que acaba enamorándose de su psicóloga aunque nunca llega a tener una relación con ella.
- Dynasty (1981): El popular y exitoso drama familiar de ABC cuenta entre uno de sus protagonistas con Steven Carrington, uno de los hijos predilectos del patriarca que durante las dos primeras temporadas tiene relaciones tanto con chicos como con chicas (algo que llevó al primer actor que lo interpretó a dejar la serie) aunque, más tarde, la cocreadora Esther Shapiro lo definió como un personaje “rotundamente gay” convirtiéndolo en uno de los primeros iconos homosexuales de la televisión.
- L.A Law (1986): Este drama judicial de la NBC tuvo durante dos temporadas (90-92) como uno de los personajes principales a la abogada C.J. Lamb quien, siendo abiertamente heterosexual, en uno de los episodios se besa con una compañera de trabajo, lo que fue bastante controvertido en su época (hace solo 27 años). La audiencia pidió que se desarrollase esa historia pero, debido a las amenazas de grupos conservadores religiosos, nunca llegó a realizarse.
- Roseanne (1988): La revolucionaria comedia de ABC introdujo en su tercera temporada el personaje de Nancy Bartlett, socia y amiga de Roseanne, quien en principio se casa con un hombre pero al divorciarse empieza a sentir atracción hacia varias mujeres, aunque esta atracción nunca llega a nada serio. El papel llevó a la actriz, Sandra Bernhard, a la fama pero, según ella contaba en sus monólogos, ese papel fue una bendición y una maldición al mismo tiempo.
La representación de la bisexualidad en televisión
Como hemos visto, en la televisión de los 80 y 90 casi la totalidad de los personajes bisexuales nunca llegan a expresar manifiestamente su naturaleza sexual, siendo siempre algo que se mantiene en el subtexto, como en Xena, la princesa guerrera, donde Xena mantiene con una mujer un relación romántico que se mantiene durante toda la serie pero solo se realiza de manera evidente en puntuales momentos. La bisexualidad en estas décadas es utilizada en las comedias como simple excusa para bromear (Susan Ross de Seinfeld o Phoebe de Friends) y está representada por personajes promiscuos y excesivos (Karen de Will y Grace o Samantha de Sexo en Nueva York); mientras que en los dramas es utilizado como una manera de aportar ambigüedad al personaje (Julia Salinger de Party of Five o Tim de Homicide) o darle un matiz más oscuro a otro (Keller de Oz). La excepción llega a finales de los 90 con dos personajes: Willow de Buffy Cazavampiros, aunque no es hasta la quinta temporada que esto se manifiesta de forma clara, y Chris Keller, el sociópata de Oz que mantiene una tormentosa relación con Tobias Beecher.
Según el estudio Bisexual women on tv from 1983-2016, en toda la historia de la televisión (americana) ha habido 169 personajes bisexuales femeninos, solo un 0'5% del total del número de personajes que la televisión americana produce en un año. De esta cantidad, un 32% son promiscuos (Joss de Mistresses o Alison de Pretty Little Liars), un 30% acaban de descubrir su bisexualidad (Lily de Cómo conocí a vuestra madre y Nancy de Weeds), un 23% son personajes que tienen una breve y accidental experiencia (Bonnie de Mum, CeCe de New Girl) y un 21% acaban muertas, la mayoría después de haber tenido un romance con una mujer en vez de con un hombre (Monica de Shameless o Susan de Van Helsing). Además, una gran parte de estas relaciones son fugaces y la tendencia bisexual de los personajes no se vuelve a mostrar. Sólo un 8'9% acaban casadas con una mujer.
Parece que los creativos pensasen que el público piensa que la bisexualidad es algo propio de mujeres alocadas y débiles como un accidente anecdótico en su camino hacia la relación heterosexual definitiva. Y digo mujeres porque, quizá, los más increíble de todo es que el número de personajes masculinos bisexuales no llega a más de 60 personajes en toda la historia de la televisión, ni la mitad del total de personajes femeninos. En los últimos años, hemos visto un ligero aumento de su representación gracias a series como Black Sails, Penny Dreadful y Crazy Ex-Girlfriend.
En lo que sí nos parecemos es en la visión que se da de la bisexualidad. La mayoría de estos personajes son mostrados, al igual que las mujeres, como hombres manipuladores o psicópatas (Tyrell de Mr. Robot o T-Bag de Prison Break), nunca llegan a manifestar su bisexualidad ni mantienen ninguna relación que lo confirme (Bob de Bob's burguer o Henry Hart de Kid Danger) o, sencillamente, son gays que afirman estar confusos y haber practicado la bisexualidad sin querer (Blaine de Glee o Dean de Hollyoaks). Los personajes masculinos que aceptan abiertamente su bisexualidad y que gozan de grandes matices son pocos; algunos de nuestros favoritos son el billonario hacker Nolan de Revenge u Oberyn de Juego de Tronos.
En lo que sí nos parecemos es en la visión que se da de la bisexualidad. La mayoría de estos personajes son mostrados, al igual que las mujeres, como hombres manipuladores o psicópatas (Tyrell de Mr. Robot o T-Bag de Prison Break), nunca llegan a manifestar su bisexualidad ni mantienen ninguna relación que lo confirme (Bob de Bob's burguer o Henry Hart de Kid Danger) o, sencillamente, son gays que afirman estar confusos y haber practicado la bisexualidad sin querer (Blaine de Glee o Dean de Hollyoaks). Los personajes masculinos que aceptan abiertamente su bisexualidad y que gozan de grandes matices son pocos; algunos de nuestros favoritos son el billonario hacker Nolan de Revenge u Oberyn de Juego de Tronos.
Los personajes bisexuales más representativos de la actualidad
Aunque la representación siga siendo muy baja, es evidente que hay un incremento de personajes bisexuales en las series de estos últimos años. Esto es gracias a grandes autores (aunque, en su mayoría, autoras) que apuestan por la normalización de la bisexualidad como Shonda Rhimes, Kenji Kohan o Ryan Murphy y a series como Halt and catch fire, My crazy ex-girlfriend, Transparent, The 100, Pretty little liars (algo bueno tenían que tener), Juegos de tronos, Orphan Black, Shameless, Vikings, Wentworth, Gotham o Faking it.
Aquí nombramos algunos de nuestros bisexuales favoritos de estas series y otras:
Aquí nombramos algunos de nuestros bisexuales favoritos de estas series y otras:
- Frank Underwood: Después de esa conexión especial que vimos que compartía en la tercera temporada con el escritor Tom Yates, el protagonista de House of cards se postula para ser otro de los grandes personajes bisexuales de la ficción. Como él mismo dijo en la primera temporada “Cuando me siento atraído por alguien, me siento atraído por esa persona”.
- Piper Chapman: Una de la protagonistas de Orange is the new black que entró a la cárcel estando casada con un hombre y acabó revelando su clara atracción hacia las mujeres. Aunque esta temporada no ha participado en las tramas más importantes, sí que hemos podido ver cómo su relación de amor con Alex se recuperaba y se hacía más fuerte.
- Isabelle Silva: El detonante que rompe la pareja que protagoniza You, me, her es una de las bisexuales que ha conquistado el público recientemente. Su valentía a la hora de cambiar los esquemas mentales de la pareja Trakarsky y su rechazo a las etiquetas la convierten en una personaje memorable.
- Felix Gaeta: El personaje de Battlestar Galactica interpretado por Alessandro Juliani mantiene durante la cuarta temporada una relación romántica con uno de los oficiales de la nave. Como su creador lo define: “Gaeta es alguien totalmente libre de etiquetas que ha tenido muchísimas relaciones, la mayoría con hombres”.
- Irene Larra: La agente del Ministerio del tiempo es uno de los pocos personajes del panorama televisivo español que llevan la bandera bisexual y, además, sin hacer drama al respecto sino de una manera natural y sencilla que el público y los amantes de la televisión agradecemos.
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