La memoria, en ocasiones, es muy frágil (y si no que se lo digan a todos los que piensan que la segunda temporada de The Walking Dead es mejor que la séptima). Visionando el último capítulo de la segunda temporada de Legends of Tomorrow, los recuerdos me vinieron a la cabeza de golpe, como si hubiera sido protagonista de una sesión de hipnotismo o me hubiera atizado con la pared en un descuido. Señor Greg Todopoderoso Berlanti, ¿se ha convertido Sara Lance en el personaje más sorprendente, complejo y profundo de todo tu universo y no me había enterado? Yo venía aquí a hablar del season finale de Legends of Tomorrow. Sin embargo, es imposible hablar y entender este episodio y todos los anteriores sin tener en cuenta la presencia de White Canary y de toda su evolución a lo largo del universo televisivo de DC.
Desde 2013, Caity Lotz da vida al personaje de Sara Lance, que ha dado demasiados tumbos por el universo de Arrow. Tumbos que le convirtieron en un personaje odioso. Además, sus antiguas dotes interpretativas tampoco ayudaron a la causa. Como resultado de esta mezcla entre actriz mediocre y personaje insulso obtuvimos los ingredientes ideales para convertir a Sara en una mujer supeditada a Oliver Queen (otar más): un tono de voz forzado, unos morritos impostados, una expresividad nula y una innecesaria sexualización. Ni siquiera las leches que pegaba en Starling City, su pasado como asesina o su relación con Nyssa al Ghul sirvieron para encauzar el destino de este personaje. A su lado, Laurel no parecía tan detestable. La única solución viable era matarla. Y murió.
Fue entonces cuando se obró el milagro y apareció el Pozo de Lázaro. El destino de Black Canary cambió de forma radical cuando Laurel descubrió que Nanda Parbat escondía un estanque mágico en el que podía revivir a su hermana. Y revivió. Desconozco si estaba premeditado o fue pura coincidencia, pero cuando Sara Lance murió, también lo hicieron su abominable interpretación y su aborrecible personaje. Lance estaba irreconocible en su regreso. Con un exorcismo, un traje blanco y un palo largo, la transformación era definitiva. Sara estaba lista para abandonar el mundo de Arrow; sin alma, peligrosa y como un animal salvaje, pero con un nuevo objetivo: ser una de las protagonistas del nuevo spin off de The CW. Bueno, el personaje quizás no tenía eso último en mente, pero todo su planteamiento de despedida ya era más interesante que las tres temporadas en las que había sido recurrente.
Heroina, leyenda y capitana. En ese orden
Siempre ha sido fácil identificar al protagonista principal de cada serie producida por Berlanti. En Arrow es Oliver Queen, en The Flash es Barry Allen y en Supergirl es Kara Danvers. Sin embargo, desde que apareció en escena Legends of Tomorrow, el protagonismo ha estado repartido de forma más coral y conjunta. En la primera temporada, las tramas de cada personaje se repartieron a lo largo de los 16 episodios. A pesar de ello, la importancia de Rip Hunter era destacable por encima de la de los demás, cuyo desarrollo se realizaba con cuentagotas. Eso cambió en la segunda temporada, que contó con un capítulo más y una presencia mucho menor del Capitán Hunter. Desconocemos los problemas de agenda de Arthur Darvill (que estuvo inmerso en la tercera entrega de Broadchurch), pero su desaparición permitió disfrutar de personajes nuevos, de los antiguos y de Sara Lance.
La marcha de Hunter fue la excusa perfecta para colocar a Sara en el papel que llevaba mereciéndose desde el primer episodio: el papel de capitana. Había dejado de ser la persona de confianza de Rip para tomar el control y las decisiones sensatas dentro de la Waverider. Y todo eso sin dejar de dar leches. Lo positivo del cambio en el liderazgo es que se hizo de acuerdo al transcurso natural de los acontecimientos. Lance se lo había ganado después de tanto ninguneo a su personaje, Lotz como actriz había evolucionado mucho y, por primera vez, se la veía cómoda. La segunda temporada de Legends of Tomorrow nos ha permitido disfrutar de una Sara que ya no está atormentada ni camina sin rumbo. Los diecisiete capítulos han ayudado a profundizar en su humor, su ingenio, su bisexualidad, su compromiso y su lealtad al equipo. Ha entendido cómo funciona el tiempo y la realidad. Y ni siquiera el regreso de Rip Hunter ha revertido ese proceso.
En ese sentido, la Spear of Destiny ha jugado también un papel importante en afianzar a la nueva Capitana Lance. La temporada comenzó con una Sara vengativa que quería asesinar a Damien Darhk por la muerte de su hermana, pero ha terminado con una Sara que no ha sucumbido a sus deseos más irracionales. White Canary tenía miedo de que su peligrosa naturaleza (con la que salió del Pozo de Lázaro) influyese en el uso que le daba a la lanza, pero se ha reconciliado con su yo interior, ha aceptado la muerte de su hermana y ha puesto a cada villano en el mismo lugar del que salieron, para no alterar la realidad y hacer lo correcto.
Sin embargo, la han liado parda igualmente. Luchar junto a tus yos del pasado tiene sus consecuencias. Mientras el equipo de las Leyendas ponía rumbo a Aruba para descansar después de salvar el mundo y tener que enfrentarse a tres villanos (a falta de uno), se han visto inmersos en una última tormenta del tiempo que les ha trasladado a Los Ángeles, pero con dinosaurios y edificios del siglo que viene. Se desconocen los detalles de la tercera temporada (ya confirmada), pero yo apuesto porque Legends of Tomorrow continúe con ese estilo disidente de sus series madre.
La segunda entrega nos ha hecho reír con un entretenimiento muy sano y divertido, con bastantes guiños a la historia y a la cultura popular (ninjas, zombies, Camelot, George Lucas y Tolkien incluidos) y con algunos juegos narrativos que han dado frescura a la temporada, ya sea dedicando un capítulo completo a los villanos o creando una nueva realidad totalmente inimaginable. Contar con un trío de villanos conocido, en vez de una debilidad, ha sido todo un acierto y ha ofrecido escenas muy graciosas. Todo esto añadido con secuencias de acción muy trabajadas y espectaculares en las que, por supuesto, Sara ha sido la completa protagonista. Y sin doble.
Precisamente, por todo esto que nos ha regalado la segunda temporada y que nos ha dejado tan buen sabor de boca y ganas de cara a la tercera, The CW y nuestro dios Berlanti deben esforzarse para no caer en la maldición de la tercera temporada. A The Flash le está ocurriendo, a Arrow le ocurrió y todavía lo arrastra y no queremos que Legends of Tomorrow se vea involucrado en lo mismo. Y esta maldición en realidad no es una superstición, sino que es consecuencia de decisiones estúpidas de guión (y diálogo) en torno a los protagonistas, que no paran de sentirse culpables por todo lo que les ocurre. Y el tratamiento en sí de la culpa no es el fallo. El problema recae en que capítulo tras capítulo, temporada tras temporada, suceda lo que suceda, Oliver, Barry y los demás se sienten culpables por acontecimientos que no son su responsabilidad. Por favor, ¡superadlo ya! Di no a la culpa. Di sí al buen entretenimiento; con ese con el que empezasteis las series y del que os habéis olvidado.
Lo bueno de esto es que Sara Lance ya no tiene culpas por las que sentirse atormentada y podremos seguir disfrutando de ella en todo su esplendor. Y es esta pureza y esta grandeza las que han convertido a White Canary, de manera inesperada, en el mejor personaje del Arrowverso. Que tomen nota los guionistas y no me veré obligado a elegir, sino a disfrutar de todas sus series sin queja ninguna.
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