Después de todo lo sucedido en los últimos episodios de Homeland podemos decir que la situación mental de Quinn es algo más que un problema para todos. En Alt. Truth el antiguo agente de la CIA paga con su desconfianza un alto precio aunque no por ello sus sospechas sean infundadas.
Al fin y al cabo, aunque haya exagerado en su actuación, hasta ahora no se ha equivocado del todo. Es evidente que había alguien detrás de él (lo que no tenemos muy claro todavía es por qué), solo que Astrid no era en absoluto el mayor de sus problemas. Ni siquiera su paranoia lo es. La participación de la agente alemana, a estas alturas, solo podemos explicarla como un peso más en la conciencia de Quinn, cada vez más hundido en la tumba que tanto Dar Adal como él mismo han cavado para él. La muerte de Astrid a manos del misterioso agente enemigo que, y es algo que sabemos ahora, le sigue desde que dejó el hospital, le da únicamente dos salidas: ceder en su lucha o contraatacar más fuerte. Es cierto que parte de la culpa de dicha muerte es suya, pero dado que más bajo no puede caer, solo podemos esperar que responda con ferocidad.
En cualquier caso, el pequeño arco narrativo en el que Astrid ha tomado parte me ha sabido a poco (aunque agradezco esa última escena con Quinn, casi romántica) y no voy a negar que su muerte me parece gratuita por el simple hecho de que haya ocurrido. ¿Qué sentido tiene que muera Quinn ahora? ¿Por qué no le han asesinado antes, cuando ha habido multitud de ocasiones para ello? ¿Acaso Dar Adal temía que consiguiera escapar y siguiera investigando el "atentado"?
Lo que nos lleva al siguiente punto. Si bien siempre hemos sabido que Dar Adal es una sabandija repugnante, resulta previsible y poco inverosímil que él esté absolutamente detrás de todas las amenazas presentes en la serie. Solo en este episodio vemos cómo controla la manipulación mediática de Elliott O'Keefe (que tiene lugar, si no me equivoco, en el edificio que investigó el agente del FBI fallecido) y está detrás del cambio de bando de Javadi. De hecho, después de ocho episodios, la trama del acuerdo nuclear carece de todo interés y deja al personaje de Elizabeth Keane en cueros, a pesar de que en este episodio vemos cómo se orquesta una conspiración mediática contra ella utilizando a su hijo fallecido.
Mientras tanto, Carrie se mantiene todo al margen que Saul le permite, triste y dolida por lo sucedido con Franny. ¿Tendremos que esperar hasta que la recupere para que tome cartas en el asunto? Y lo que es más importante, si todos saben que la culpa de todo la tiene Dar Adal, ¿qué les impide actuar? ¿Acaso dependen de la ciega Presidenta electa Keane?
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