La sexta temporada de Homeland continúa con el segundo episodio, The Man in the Basement, en el que queda patente el nuevo ritmo de la serie más acomodado en los momentos pausados y las grandes decisiones que en las montañas rusas y los microinfartos a los que nos tenía acostumbrados (sí, todavía recuerdo la segunda temporada). Sin embargo, podemos ver fácilmente cómo detrás de todas estas tramas se están hilando unas historias que nos llevarán hacia grandes revelaciones y hacia los espectaculares giros de guion que nos conquistaron.
De momento no le hace falta más: Homeland funciona perfectamente en primera marcha, como ha demostrado en un episodio en el que hemos seguido abordando el típico aunque no tópico caso del joven musulmán acusado de terrorismo equivocadamente (aunque no tan equivocadamente); la recuperación a la par que autodestrucción de Quinn; y el interesante doble papel de Carrie en las relaciones entre la CIA y el nuevo Gobierno.
Es aquí donde, en mi opinión, Homeland ha dado un gran paso, pues a pesar de que la relación entre Carrie y Saul no siempre ha sido un camino de rosas, hasta el día de hoy se ha mantenido la lealtad entre ambos. Pero al ver a Carrie mintiendo a la cara a su propio mentor poco antes de reunirse con la próxima Presidenta de los Estados Unidos, Elizabeth Keane, algo en nuestro interior se ha roto un poco. Y es que a pesar de que las intenciones de la antigua agente, hay algo en esta traición que se nos atraganta, a pesar de que no está en sus planes darle del todo la espalda a Saul. Veremos qué hace Dar Adal con toda esta información.
Tropieza, en mi humilde opinión, un poco más la trama de Quinn, una historia sobre desesperanza y desilusión que no nos resulta nueva, ni siquiera en Homeland. Nos ha servido para ver de nuevo a Max, pero casi todas las escenas aportan menos de lo que me gustaría. Salvo la escena, por supuesto: porque el chin-acting de la Danes ha toreado una nueva plaza con soberbia con su personaje, Carrie, se desmorona delante del hombre con el que quisiera tener algo pero ninguno de ellos puede.
Por último, la inmersión de Homeland en el mundo legal me está resultando soberbia a pesar de que su enfoque es realmente humilde. Creo que todos los personajes, incluyendo al insoportable agente del FBI (al que tengo tirria desde Nurse Jackie), están increíbles. Mención aparte a la gran elección de casting de Patrick Sabongui como Reda Hashem, capaz de llevar sobre sus hombros casi todo el peso de la trama teniendo en cuenta que el papel de Carrie en ella es bastante superficial. No me ha convencido tanto la involucración del testigo protegido, la hermana de Sekou y el momento dramático entre todos ellos pero, oye, el caso tiene que ser estudiado desde todos los ángulos.
Tengo ganas de ver, especialmente, qué hará la nueva Presidenta, el berenjenal en el que se va a meter Saul y las artimañas de Dar Adal. Pero, sobre todo, quiero saber en qué lío se mete Carrie por saltarse una vez más las reglas. ¿Habrá problemas con el FBI, con los terroristas o con ambos?
Promo: 6x03 The Covenant
COMENTARIOS