Aunque parezca mentira, desde lo ocurrido en el episodio "No Tomorrow Yet" de la temporada seis hasta este sexto episodio de la séptima temporada tan solo han pasado un par de semanas. Para los espectadores, que no vivimos con el tiempo congelado como en este mundo apocalíptico de la AMC, han pasado ocho meses. Más de medio año sin noticias de Tara (y Heath). Hasta ahora.
Tara y Heath habían emprendido una de las salidas habituales de los 'Alexandrinos' para buscar provisiones justo después del rescate exprés de Maggie y Carol la semana pasada. He de admitir que ni me acordaba de que estos dos habían participado en la escabechina al puesto de los Saviors. Dos semanas más tarde, los encontramos en un punto muerto. El mundo parece estar acabándose y con él los abastecimientos de medicamentos y munición que necesitan. Y mientras Heath muestra arrepentimiento por las vidas que han quitado, Tara busca consuelo en las palabras de Glenn (si la pobre supiese). Todo lo que pueda quedar está escondido, solo hace falta buscarlo.
La aparición de Heath en el episodio se resuelve rápido y de una forma poco útil. Este personaje no brilla por su utilidad o su gran presencia en la serie, y el embarazo de Alanna Masterson no le ha hecho ningún favor al separarlo del meollo de la serie. Pero su muerte en este episodio hubiese sido necesaria. Se le habría dado a Tara una pequeña dosis de la muerte que le espera en casa. Pero aunque han decidido cerrar con un medio cliffhanger sobre si está vivo o muerto, es bastante obvio lo segundo. Lo que deberemos esperar es a saber en qué estado. Pero ni ganas.
El resto del episodio ha sido de mucha utilidad para recordar qué aportaba Tara a la serie: una dosis de buen rollo que es necesario. Una mentalidad y una personalidad menos oscuras que las de los demás miembros de Alexandria. Una chica que es capaz de sacar una sonrisa a los espectadores incluso cuando la rodea un grupo de mujeres armadas con intención de matarla merece vivir una larga vida. Menos mal que se ha interpuesto en varias ocasiones la pequeña Cyndie para salvar la vida de nuestra "amiga".
El grupo al que se encuentra la expolicía es el resultado más extremo de un encontronazo con Negan y sus hombres. Si las cosas se ponen feas, y por alguna casualidad el grupo colonizado por los Saviors se revela, la única forma de sobrevivir es aislarse. Huir. Esconderse. El grupo liderado por Natania ha perdido a todo hombre y niño mayor de diez años. La fórmula perfecta para conseguir que una civilización se extinga: exterminar a un género completo.
No creo que volvamos a tener noticias de Cyndie y las demás. Esta "nueva comunidad" huele de lejos a una excusa para explicar la ausencia de Tara, aunque sí me gustaría saber que la pequeña Cyndie no ha sido castigada con la muerte. Además, el juramento que le da nombre al episodio es uno que pronuncia Tara prometiendo no desvelar la existencia de esta colonia. Y cuando llega a Alexandria es Eugene quien la recibe con las noticias de todas las pérdidas que han sufrido en estos quince días, mientras Rosita busca en ella una aliada en su venganza. Pero Tara ha visto mundo. Sabe que no hay solución. No hay esperanza.
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