The Man In the High Castle (Amazon) y Westworld (HBO). |
En lo que a series se refiere, Filmin juega en otra liga (la de las producciones europeas casi desconocidas) y Wuaki está dormida en los laureles (sus únicas bazas ahora mismo son Peaky Blinders y el acuerdo con Disney que hace que tenga series de ABC como Scandal, Grey's Anatomy y Agents of S.H.I.E.L.D.), por lo que Movistar ha disfrutado de un cómodo monopolio desde la absorción de Canal+: cuenta con los derechos de prácticamente todas las series interesantes del momento y está acostumbrada a cerrar tratos con las grandes cadenas de cable norteamericanas.
Desde su llegada, Netflix ha intentado hacerle frente a golpe de producciones originales, dramas británicos (Marcella, River, Doctor Foster), algún estreno puntual emitido a ritmo USA (Scream, Shadowhunters, Black Sails) y un fondo de armario cada vez más interesante (han añadido Firefly, Friends, Gilmore Girls y Freaks & Geeks, a las que pronto se sumarán todas las series clásicas y modernas de Star Trek). Pero ha visto cómo series de prestigio como Better Call Saul, Penny Dreadful y Fargo, que Netflix emite en otros países de Europa y Latinoamérica, se le escapaban por haber llegado más tarde que Movistar.
El doble de plataformas, las mismas series
La comedia Divorce es una de las grandes apuestas de HBO para este otoño. |
Y no es la propia empresa la única que sale perdiendo: los clientes de Movistar pasarán en un par de años de tenerlo (casi) todo en un único servicio a tener que contratar varios si quieren tener una oferta tan amplia. Recordemos que HBO Nordic cuenta en Dinamarca, Suecia, Noruega y Finlandia con las producciones propias de HBO, pero también con series de Showtime o Starz como Masters of Sex y Black Sails. Es de esperar que intenten hacer lo mismo aquí, por lo que Movistar no sólo pierde la oportunidad de comprar series de HBO, sino que también gana un competidor a la hora de pujar por los derechos de nuevas ficciones.
La llegada de Amazon trae, indudablemente, cosas buenas: series como The Man in the High Castle, Bosch o Hand of God, que todavía no tenían distribución en España, se podrán ver legalmente por fin en nuestro país. Pero llegar sólo con sus originales (y quizá sin Transparent y Mozart, sus buques insignia) sería prácticamente un suicidio comercial, por lo que Amazon debe estar moviéndose ya para adquirir más series que engorden su catálogo, como hizo Netflix. ¿El resultado? Otro competidor para Movistar, Netflix y HBO, y la oferta de series cada vez más fragmentada.
Está por ver si hay hueco en el panorama para tanto servicio VOD. Según Variety, el número de suscriptores de Netflix en estos 9 meses de vida está bastante por debajo del millón, pero HBO no habría optado por traer hasta aquí HBO Go sin hacer un estudio previo que asegure que hay mercado. Sea como sea, la realidad inmediata es que contratar uno o dos servicios y poder verlo prácticamente todo legalmente va a ser imposible.
¿Y ahora qué?
Bosch, de Amazon, no tenía hasta ahora distribución en España. |
Pero, desde ya, será muy difícil que ninguna otra plataforma logre aglutinar un repertorio de series tan variado como el de Yomvi: el catálogo de Movistar perderá parte de su atractivo actual, Netflix no podrá adquirir series con la misma libertad con la que lo hace en otras zonas del mundo (donde no tiene tanta competencia), las series de HBO sólo se podrán ver contratando HBO Go, pero la cadena lleva un par de años de capa caída y no sabemos si su servicio nos ofrece mucho contenido de terceros; y Amazon hará lo posible por plantar cara a los tres anteriores aunque a priori parezca que tiene poco margen de maniobra.
¿Cuál será la solución para los clientes, entonces? ¿Contratarlo todo, si es que nos lo podemos permitir? ¿Suscribirnos a un servicio u otro según los estrenos que lleguen ese mes? En cosa de sólo un año, España va a pasar de ser un país en pañales en lo que a VOD se refiere a tener a tres gigantes estadounidenses compitiendo con las empresas nacionales, y los espectadores experimentaremos la misma sensación que los norteamericanos: en el marco del Peak TV, donde las series que “hay que ver” surgen en cada rincón, habrá que decidirse por unas y renunciar otras. Y la decisión será complicada.
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