El verdadero evento de la temporada ha sido el de esta semana: How to Get Away with la Custodia. Probablemente
sea también la prueba fehaciente de que no necesitamos sacar la guillotina, los
revólveres y/o una invasión alienígena al hospital para mantener la tensión
durante todo un episodio. Seas de quien seas, Team Arizona, Team Callie o un
hippie que se declare Team Sofia, tú las habrás pasado muy putas. El
hermanamiento de los pueblos.
La destrucción mutua
asegurada del Calzona ha servido
no sólo como master class dramática como ya hemos comentado, sino social
también. No tenemos más que arrodillarnos una vez más ante la oda al feminismo que encarna Miranda Bailey en cada oportunidad
que se le presenta y que el final en sí mismo demuestra: el argumento de trabajadora
para invalidar la dimensión maternal de la mujer está totalmente desterrado. Especialmente si tus piernas se regeneran mágicamente tras ser amputadas y te pones tacón y falda como si nada. Pero para reivindicar.
Con este choque, nosotros nos jugábamos algo bastante más que una niña que
ha aparecido en seis o siete episodios desde su melódico nacimiento. A día de
hoy, Callie todavía puede abandonar
Seattle, pero por lo menos la probabilidad es ligeramente menor. El sistema
de seguridad y el “takes a village, but we have a village” de Meredith podría ser
revulsivo suficiente para que al final Torres decida quedarse con la mujer a la
que quería en vez de irse con la mujer que quiere.
Teoría descabellada pero
factible: Callie se queda
en Seattle viendo a Sofía a merced de la generosidad de Arizona. Esta
generosidad reconquista a la diva del musical. Son felices y se acaba el drama
de ser lesbiana televisiva en 2016. ¿Precioso, verdad? La pena es que el
abandono de Sara Ramirez sigue pululando en el aire y hasta dentro de dos
semanas no saldremos de dudas.
La pregunta del millón es la siguiente: después de abrir el episodio con un
previously de toda su relación y
sabiendo que la última vez que pasó eso todavía estamos viviendo de las rentas
de la muerte de Derek, ¿es esto un
presagio de la muerte de Callie? Sea como fuere, el club de las viudas a
las que están constante dando el pésame y recordándole hasta las mantas con las
que el difunto se tapaba ya está más que lleno.
Otras damnificadas del episodio: a April le hacen los ojos chiribitas con
el reparto de fiestas in utero que le
han hecho al niño y Steph, que sigue su
batalla por convertirse en la nueva Katherine Heigl y se aferra a la trama del
amante con enfermedad casi terminal al que usan de cliffhanger. ¿Estaría
Steph planeando también una fuguilla con Wilmer Valderrama o esta relación
pasará a los anales de la originalidad como aquella de Teddy —¿quién es Teddy?—
y Scott Foley antes de que Shonda le recolocase en Scandal?
Por qué se resuelve el problema de la custodia de esa manera? La sombra de Shonda Rhimes planea sobre el guion. De un plumazo ella se ha destrozado las parejas favoritas de la audiencia ¿Por qué? está claro ella no cree en la pareja, ella es madre soltera por elección, ha recurrido a adoptar sus hijos, muy generoso por su parte, pero no puede LEGALIZAR que la elección de adoptar a un hijo sea un vínculo de rango superior al DNA que vincula a una madre con su hijo biológico.
ResponderEliminarQuiere promover sus ideas con la plataforma de sus series esperando lavar el cerebro de sus seguidores e implantar sus ideas trasnochadas (feminismo, contratación por raza, etc.), pero Anatomia de Grey está en declive, lo está porque cuando alguien enciende el televisor pretende ver la magia de los finales felices, y en el mundo de la ficción es muy fácil el guionista sólo tiene que modificar unas páginas del guion para hacer felices a los seguidores