Probablemente sea una de las series con más precaria calidad de la parrilla
americana en la actualidad. Es un culebrón de chirigota en el primetime,
previsible hasta decir basta, pero todo
el capital que se ahorran en [insértese lista de aspectos a tener en cuenta
para crear una serie], lo invierten en compositores y letristas. Señores,
la música de Nashville es buena y hoy
estamos aquí para demostrarlo. Contra todo pronóstico y en un esfuerzo ímprobo que
esperamos que el karma nos recompense de alguna manera.
Si la melena salvaje de la Britton, nuestra venerada Panettone en todo su
esplendor y la bochornosa diversión del hate-watching no son suficientes
motivos, os vamos a dar los más personalistas highlights
musicales de por qué el country lleva cuatro años sonando en la ABC. Y por
qué no os van a crecer espuelas, sombreros y cartucheras (a los que no las
tengan ya, pero os queremos igualmente) si las escucháis.
Cuando esta noche vas a quemar Kentucky
Empezamos por lo peor de lo mejor. Hemos mentido un poco y sí, hay momentos
de “yeehaw, cowboy” en esta playlist improvisada mientras mantienes un lazo de
cuerda en el aire sobre tu caballo, crin al viento. Pero eso no quita que no
sean de un nivel de identificación escandaloso para el europeo cosmopolita de a
pie. No juzguéis los whiskazos de Juliette Barnes, todos os habéis ido de botellón y os habéis agarrado un ciego con
premeditación y alevosía, consecuencias aparte.
Cuando te sale más a renta morirte solo
Su nombre es Avery Barkley, iba de capullo irritante allá por 2012 pero
resultó ser un cachito de pan al que quieres repeinar correctamente mientras le
ves llorar. Y cuando los guionistas descubrieron que tenía una química animal
con “Save the cheerleader, save the world” le rompieron el corazón para que él
nos lo rompiera a nosotros con la balada
del desgraciado doliente. Muy positivo e inspirador todo.
Cuando cantas menos que un gato de escayola, pero lo intentas igualmente
Glee y Smash
fabricaron sus propias divas, pero los productores de Nashville prefirieron tirar de nombres para asegurarse un poco de
atención. El problema está en que no
todas las damas de la pequeña pantalla incluyen cuerdas vocales aptas para el
gran público. Connie Britton no las tiene, pero la tía se esfuerza en los
lamentos del Tennessee profundo y los que la editan en el estudio más todavía.
Te adoramos de todos modos.
Cuando os decís cochinadas en clave y con elegancia
En esta melodía de cuando te pones
perrillo, pero con decoro, sin twerking, Scarlett y Gunnar hacen gala de
esa distensión sexual tan graciosa y tan propia de ellos, porque todos sabemos
cómo van a terminar y nadie entiende la razón de mantenerlos en una relación de
ratón y gata flora cuando ya lo tienen todo resuelto. Lado bueno: van por el
trigésimo dueto y en canción quedan muy apañados hasta en la banda sonora de la
hora golfa de después de comer. Como Like a Virgin, pero sutil.
Cuando te han querido hundir, pero se quedan con las ganas
Taylor Swift tiene el "haters gonna hate hate hate hate hate", y por aquí
tenemos esto. Himnos de perra peleona motivando al personal a repartir palazos
que para los más insensibles y reacios al drama (boo, you whore) también se puede leer en clave meta y
cómo temporada tras temporada nos quedamos con la boca abierta al ver cómo Nashville sigue renovando. Postpartos
mediante.
Cuando estás más a llorar que a otra cosa
El "best songs come from broken
hearts" nos lo hacen tomar muy en serio. Shine es de esas canciones que te
apetece cantar hecho un gurruñito en la cama o ignorando las señales de tráfico,
a lágrima viva o lamiendo las heridas del susodicho o de la susodicha que te ha
mandado a este estado de despeñamiento y escoria emocional.
Cuando demandas romance y no te lo van a dar en tu vida
La amiga Layla nos entiende en su grito
de atención por una poquita de cariño. Enamorada de un vaquero afiliado al
club del pepino, intentó por todos los medios hacer cuajar el matrimonio de
conveniencia e imagen pública en el que se había embarcado. ¿A quién no le ha
pasado eso? A todo hijo de vecino. “Tell me I’m your queen, that I’m in your
every dream” y la de chistes de reinas que podríamos hacer. Una delicia de
canción.
Cuando eres special guest star y vienes a dar caché al asunto
¿Sabíais que Xtina se pasó un par de
episodios para enseñarle al personal cómo se dan berridos en pantalla? Pues
ya lo sabéis. Vale, la pobre está muy de capa caída últimamente, Lady Marmalade
quedó muy lejos y el genio en la botella sólo lo frota en The Voice, pero oye, probablemente sea el mejor single que ha tenido
en lo que llevamos de década.
Cuando eres un insensato del amor
Una elaborada sarta de metáforas que derrochan alegría y alborozo por
entregar tu corazón a alguien. O no. La bala del revólver del amigo Will
haciendo referencia a la que se puede liar en la nación si los compradores de
sus discos, bandera confederada al aire, se enterasen de que juega a los
médicos en una acera que no es la suya. O
para los que no seáis cantantes de country en el armario: la hostia que te vas a
dar como te enamores.
Cuando te duele todo, pero todo
Muy a nuestro pesar, a día de hoy no se las han apañado para escribir una
canción que supere al final de la primera temporada, sonando de fondo mientras los
guionistas tiraban de cliffhangers cliché como si esto fuera 1998. Nothing in
this World Will Ever Break My Heart Again, como su propio nombre indica hasta
al de más básicas entendederas, va de cómo
hasta aquí nos arrastramos, queridos y queridas, y se acabó. Declaración de
intenciones sobre el dolor universal aplicada al melodrama simplista.
No os hagáis los superiores. Be
guilty, enjoy the pleasure.
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