Las reviews de The Good Wife vienen de dos en dos, no porque con un episodio no sea suficiente sino porque algunos, como la mismísima Alicia Florrick, ya no tenemos tiempo ni para ver una serie y tomarnos una copa de vino.
Los episodios 3 y 4 de la séptima temporada de la serie mantienen el buen nivel general con el que la serie ha regresado (¿podemos pasar la página de la sexta temporada ya?), si bien parece que The Good Wife se está tomando su tiempo para dar forma a las tramas generales que formarán parte de la séptima temporada, o de al menos una buena parte de sus episodios.
El procedimental pierde esplendor
Insisto en que el apartado procedimental de The Good Wife cada vez me parece más innecesario y forzado. Es cierto que, en cierto sentido, es interesante ver a Alicia luchar sus batallas en solitario (o casi), pero no dejan de ser las mismas: casos peculiares, con algún componente social metido con calzador, cuya resolución queda en manos de a) el investigador de turno (todavía es pronto para hablar de Jason Crouse, pero algo me dice que en las próximas semanas no podremos dejar de hacwerlo); b) un repentino golpe de suerte de Alicia o sus aliados; c) nadie, porque se queda en el aire.
En estas dos semanas, hemos visto una trampa del FBI para pillar infraganti al juez Schakowsky (¿soy el único que le odia tanto?), y un caso de discriminación racial que era exactamente lo que parecía, pero que tuvo un desenlace que nadie esperaba. En cualquier caso, lo más interesante de todo esto ha sido la nueva dinámica impuesta en el tribunal de libertad condicional, y en la relación entre Alicia y Lucca Quinn, lo que me lleva a pasar al siguiente punto.
No sé vosotros, pero a mí me dio un microinfarto cuando vi a Alicia y Quinn compartir una copa en la barra de un bar, como hacían la Florrick y Kalinda al principio de la serie. Los creadores lo saben y han ido a matar, de eso podemos estar seguros.
Puede ser que Jason sea el nuevo investigador de la serie, pero Lucca es la nueva Kalinda. No se parecen en mucho (de hecho, algo me dice que han obligado a Jumbo a desprenderse de su acento british para separar las distancias), pero está claro que la química entre ambas mujeres es innegable. Alicia necesitaba a una amiga (no ha tenido una relación así desde lo de Kalinda), y Lucca es la perfecta candidata. Además, a pesar de que han tenido varios encontronazos en apenas cuatro episodios, ambas confían la una en la otra plenamente y entienden a la perfección por lo que están pasando personal y profesionalmente.
Ahora que Alicia parece que le ha hecho una propuesta casi formal de alianza (un nuevo bufete no, por favor), solo queda saber de qué palo está hecha Lucca. Es muy maja, sí, pero podría ser una leona con piel de carnero. Y conociendo The Good Wife, probablemente así sea.
Podría hablar de la enésima campaña política de Peter y del entretenido enfrentamiento (aunque a la altura del cuarto episodio da la sensación de que ya está estancado) entre Eli y Ruth, pero considero mucho más importante hablar del gran comeback de Jackie Florrick. Primero, como madre amantísima e indignada cuando descubre que Ruth le está dejando de lado, algo que Eli jamás se atrevería a hacer. Y segundo, y no por ello menos importante, su curioso romance con Howard, como si fueran un par de adolescentes.
Lo que me lleva a elaborar un par de preguntas: ¿a qué se debe este repentino protagonismo de Jackie? ¿y cómo es que la mujer más manipuladora de la serie se ha dejado manipular por Howard primero (aunque alguna ventaja habrá sacado de eso) y por Ruth después? ¿se está haciendo la tonta? Esa tercera pregunta os la regalo.
Mucho me temo que el personaje de Diane está retroevolucionando de una forma bastante curiosa. ¿Están estropeando al personaje a propósito? Desde que se enfrentara a Alicia en el primer episodio, luego le echara en cara que estaba actuando en su contra en el tercero, y que en el cuarto acabara enfrentándose legalmente contra sus propios principios, la abogada queda en una posición un tanto pobre de cara al espectador.
De repente, la poderosa Diane Lockhart es una más en su propio bufete, está atrapada moralmente bajo el poder de un lobby, y encima se mete en berenjenales sin pedirlo. He de confesar que me he sentido mal por ella y me ha caído regular, todo al mismo tiempo.
Curiosamente, es Alicia y no Diane quien necesita pasar por esta crucifixión. Es Alicia quien necesita quedar como la mala de la película (no olvidemos la sexta temporada) y no Diane. Es Alicia quien se ha ido de rositas después del escándalo de sus elecciones, y Diane la que pringa cuando tiene que luchar contra el derecho a una muerte digna. No sé vosotros, pero yo aquí quiero pelea y de las buenas, y que Diane se alce como vencedora.
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