Alex Karev da un pasito más en su
arco de personaje. Once años de
evolución a los que hoy Shonda y compañía rinden el debido respeto y le
dedican un episodio tras la discreción mantenida últimamente.
Ya no es sólo la excesiva
implicación que se ha permitido con el caso de los gemelos con cáncer, obligándole
a ser el hombre que toma las decisiones difíciles y no el chaval de barrio al
que conocimos siendo la semilla del diablo, sino que el plato fuerte del Alexodio, el morbazo que nos gusta, venía de la
mano del recuerdo de una grande Seattle y el estado de Washington entero: Isobel Stevens.
Técnicamente el reclamo es Jo y el embarazo engañoso que nos colaron con tan magna
facilidad, pero cuando sale en pantalla el nombre del personaje capaz de hacer
revolvérsele las tripas a la reina guionista de la ABC, un posible retraso se
queda en nada. El fantasma de la modelo de Bethany Whisper sigue muy presente,
le pese a quien le pese. A bunch of Izzie
babies walking around.
Si la guerra constante que tiene
que lidiar Jo contra el recuerdo de la rubia de moda no fuese suficiente
belicismo, April la lía parda. La
semana pasada anunció drones y cazabombarderos para reconquistar a su marido. Ésta suelta fuego de mortero y acaba forzando
a Jackson a huir de casa.
April es la nueva reencarnación de Barbra
Streisand, woman in love que va a hacer
todo lo que haga falta para cumplir su propósito de reconciliación, aunque le salga el tiro por la culata.
Desde aquí apoyamos la determinación de la Teniente Kepner, por catastrófica que le
esté resultando toda la maniobra.
Meredith Grey sigue con sus dramas light. Quitando el problema que
tiene con las nalgas desnudas de su cuñada en su coche —cuyo nuevo novio ha
sido una ausencia tan desapercibida como agradecida—, está siendo explotada laboralmente. Y todo aparenta ser una forma de
la nueva Jefa Bailey para motivar al personal y, ya de paso, ahorrarse unas
pelillas. Problemas de haber sido interna y que te vean blandita suficiente
para hacerte la trece catorce.
Breve apunte: Alex se tira un
episodio entero penando por a qué paciente con fallo hepático salvar la vida y
a qué otro condenar. A Meredith le cuesta
medio segundo decidir a cuál de todos sus hijos mataría. Para que luego
digan que es la pánfila del TGIT.
Y terminamos con Maggie Pierce,
que ha completado todo el checklist de “Cómo
ser una doctora en condiciones” (How
to Get Away with Pena, Pedo y Polvo) y a partir de hoy abrazamos como
miembro de pleno derecho del reparto. Te invitan a la boda del novio tuyo del
que no vimos prácticamente nada la temporada pasada, te agarras dos botellas de
vino y sueltas una frase para los anales —I
can't have sex with you! You are a cylon! This is Galactica!— y al día siguiente vas y te haces a un interno en tan sólo dos
chupitos de tequila y media escena. ¡Maggie Pierce ya es una diva del
Seattle Grace Mercy Death!
La gran pregunta es: después de
relevancia que le han dado a DeLuca durante la trama de Alex, que es el nuevo
cuñadísimo de Grey y teniendo en consideración que el tío es un bajabragas de
categoría, ¿estamos ante el siguiente
fichaje permanente o la siguiente víctima de la guillotina de la Tita Shonda?
No hay punto intermedio. Ni lo queremos.
Os recomiendo echarle un ojo a la
promo del episodio de la semana que viene. El folleteo tradicional vuelve a
casa un poquito antes de Navidad.
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