Estoy de luto. Sé que esta frase ya se ha dicho antes, pero es que siempre se van los mejores. ¡Qué innecesaria ha sido la muerte de Sam! Ahora que por fin Chanel#3 había decidido declararle su amor, desgraciadamente imposible, porque al ser hija de Charles Manson lleva la locura en la sangre y se la pega a todo el que se enamore de ella. Lo típico.
Al menos el destino, o el juego de la botella para los menos místicos, ha permitido que muriera habiendo besado a Chanel#3, ¡anda que no lo tenía ella calculado!
Me explico: tras la elección de la nueva presidenta, en la que por primera vez en la historia de las Kapa Kapa Tau ha habido empate, no ha quedado otra que acatar las reglas y ahora el poder lo comparten Zayday y Chanel. Esta última, que no da puntada sin hilo, había votado por su adversaria en un intento de "salvar su vida", palabras textuales. Porque claro, la jefa tiene más papeletas de morir, y Chanel, en un alarde de altruismo, decide pasar el bastón de mando a su rival. Aunque el empate las pone a ambas en primera línea de fuego.
La primera medida de Zayday al frente de la hermandad es organizar una fiesta de pijamas. La idea es jugar a verdad o atrevimiento con el fin de descubrir los secretos de las unas y las otras e intentar desenmascarar al Diablo Rojo. El balance final nos deja más muertos que secretos desvelados. Un éxito, vamos.
Pero las chicas no están solas en la fiesta, porque tras descubrir que la casa está cerrada a cal y canto, Chanel recurre a Chad para que venga a salvarla, y el rescate nos deja dos de los momentos más graciosos del episodio: la respuesta de Chad al “si me sacas de esta, seré tuya para siempre” de Chanel con un “retíralo o no te abro” y la muerte de Caulfield, el chico sin brazos, al intentar subir por la escalera de mano. Brutal.
El que no va a tardar en sumar su nombre a la lista de muertos, y no porque le busque el Diablo Rojo precisamente, es Chad. Hester le ha dejado muy claro que ella no se come las babas de nadie y que no para hasta que consigue lo que quiere. Y él, que es muy de estar en misa y repicando, se ha metido en la boca del lobo prometiéndole monogamia a Chanel, pero no con una promesa cualquiera, no, ¡entrelazaron sus dedos meñiques! Y todos sabemos que eso tiene más valor que cualquier declaración ante notario. El drama está servido.
La caza del Diablo Rojo
Por la reacción de Sam al ver la cara del asesino justo antes de morir, sabemos que lo conocía. Yo tengo una firme candidata: la loca de las velas. Es tan discreta que nunca se sabe si está o no está. Salvo cuando suelta sus frases lapidarias, claro. Y a veces en el lugar del crimen hay velas. Puede que mis argumentos no sean demasiado sólidos, lo admito, pero creo que deberíamos prestarle más atención, por si las moscas.
Otra duda que se plantea, y que está más que fundamentada es: ¿por qué el Diablo Rojo no se cargó también a Chanel#5 con la pistola de puntas? ¿Es su favorita? ¿Su protegida, quizás? A estas alturas de la película la historia de la muchacha muerta en la bañera hace 20 años ya no le interesa a nadie, pero quizás dimos, o di, por hecho muy rápido que era la madre de Grace. Ahí lo dejo.
Sabemos/intuimos/sospechamos que Gigi es la mano que mece la cuna. No creo que ella haya matado a nadie directamente, pero es la que mueve los hilos. Ya vimos en el capítulo anterior su encuentro con el Diablo Rojo, o al menos uno de ellos, y si echáis un ojo a la promo del próximo capítulo, veréis que su implicación es más que evidente…
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