The CW, la cadena del culebrón adolescente por excelencia, esa cuyas series nadie toma en serio, esa que el año pasado nos sorprendió con el pelotazo de Jane The Virgin y que este año promete sorprendernos otra vez con esta serie. Crazy Ex-Girlfriend es la última apuesta por la comedia musical —pero comedia comedia— que Showtime dejó escapar, protagonizada por Rachel Bloom y creada por ésta misma y Aline Brosh McKenna (responsable de El Diablo Viste de Prada o 27 Vestidos). Tras el rechazo de la cadena de cable y adaptada a la longitud y vocabulario/escenografías propias de una network, llega a nosotros esta comedia que promete ser ese soplo de aire fresco a las series actuales.
Rebecca Bunch (Bloom) es una abogada de éxito que vive en Nueva York, pero pese a sus logros profesionales, no haya la felicidad en su vida... hasta que Josh Chan (Vincent Rodriguez III) se vuelve a cruzar con ella. Josh es el amor de verano de Rebecca de hace una década, que la dejó tras un par de meses de ensueño en un campamento, y que, como suponéis, la protagonista no ha olvidado. La obsesión de Rebecca con Josh es tal que deja su trabajo, su casa, su vida y se muda a la humilde West Covina, California (a dos horas de la playa, cuatro si hay tráfico), hogar del susodicho... pero por casualidad, ella sólo quería dar un vuelco a su vida, él no tiene nada que ver...
Completan el reparto Donna Lynne Champlin como Paula, compañera y amiga de Rebecca en su nuevo trabajo, y posiblemente con un grado similar de locura; Santino Fontana (Frozen) como Greg, amigo de Josh de West Covina que mostrará interés obviamente no-correspondido por Rebecca; Pete Gardner (Masters of Sex) como Darryl, el nuevo jefe de Rebecca; y Gabrielle Ruiz (Law & Order: SVU) como Valencia —que por supuesto no significa valiente, como afirma—, la novia de Josh.
Las locuras de Rebecca y su obsesión enfermiza con Josh serán el hilo conductor de esta hilarante comedia en la que todo género musical tiene cabida. Prometen tocar todos los palos (claqué incluido), a dos o tres números musicales por capítulo, y os prometo que vistos los dos primeros capítulos no tienen desperdicio. Pese a haber pasado por la censura que toda serie de network padece, Crazy Ex-Girlfriend conserva ese humor rudo que en ocasiones recuerda a Bridget Jones, incluso en las canciones, a lo Garfunkel and Oates.
De momento los números no parecen acompañar a la serie, que en sus dos primeras semanas no ha parecido calar en la audiencia yanki, pero desde aquí hago un llamamiento, porque The CW lo ha vuelto a hacer, y esta puede ser una gran serie si la dejan. Permitid desatar esta locura, si sigue así no os arrepentiréis. Si Empire tiene la buena música, Crazy Ex-Girlfriend tiene la buena parodia.
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