Brickleberry termina su andanza en Comedy Central tras tres temporadas y 35 capítulos en los que ha conseguido hacernos reír con su humor sin límites y políticamente incorrecto. El parque más divertido de Estados Unidos tiene a los rangers más ineptos del mundo, también a los más divertidos, además a algunos de los personajes más repugnantes, violadores, yonkis, curas pedófilos, o radicales religiosos. Todo es válido en este parque donde Steve, el perpetuo ranger del mes, es el causante de todos los desastres por su incompetencia y su estupidez infinita.
El retrato que hace sobre todo lo más bajo que el ser humano puede hacer en su vida diaria se ve aquí exagerado en su máxima potencia, si algo es susceptible de ser mofado lo va a ser, como la obsesión de Denzel de acostarse con señoras mayores de 90 años, cualquier referencial al propio Denzel por ser negro o a Connie por ser lesbiana y parecer más un hombre. Connie merece comentario aparte, es la Meg de Padre de Familia de la serie, pero aquí adquiere todo el protagonismo que merece, siendo objeto de todo tipo de crueldades por todos sus compañeros y por el universo en general.
Brickleberry es una serie generalmente maltratada por la crítica, su humor no es nada generalista, ni inteligente, ni sutil, ni nada de lo que comúnmente se alaba en comedias como Louie o Parks and Recreation. Aunque a veces sí que tiene algún subtexto crítico, comúnmente sus chistes son racistas, sexistas, homófobos, desatarían las iras de animalistas, católicos o socialistas. Sus personajes representan toda la incultura y marginalismo existente en EE. UU. (que es mucho, ahora están de moda los de Indiana) exagerado al máximo, sacándole el lado más satírico.
Desde luego si Brickleberry no hubiese pasado tan desapercibida, habría sido denunciada por cada colectivo que se hubiese sentido aludido, o sea, prácticamente todos. La serie pone el límite del humor en lo más alto, principal razón para no ofenderse por ninguno de sus chistes, pues es eso, humor. Esta comedia merece una oportunidad, pero se tienen que abstener personas sensibles y que se ofenden por cualquier cosa, porque de ésta salen taquicárdicos. Me habría encantado tener más temporadas, pero por desgracia Comedy Central decidió no apostar más por ella, por lo que sólo queda revisionarla de vez en cuando. ¡Ojalá algún día llegue la película!
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