Cuando en 2005 se estrenó The Comeback en HBO yo no había nacido, seriéfilamente hablando. Muchos de vosotros, tampoco. De hecho, ni siquiera los que por aquel entonces compartían la afición que nos mueve hoy debieron ver la serie, porque pasó por el canal como su mismísima protagonista: sin pena ni gloria.
Su inminente cancelación, por aquel entonces, se debió a una pura cuestión de números: a pesar de contar con el lead-in de Entourage, The Comeback patinó como pocas series lo habían hecho en el canal premium. Lisa Kudrow, su total y absoluta protagonista, todavía (y todavía hoy) estaba ligada al personaje de Phoebe de Friends; su propuesta, por ambicioso que parezca, era muy adelantada a su tiempo; y no creo que con sus datos de audiencia a dos estrellas como Kudrow y su co-creador Michael Patrick King (uno de los grandes productores televisivos) les apeteciera demasiado pelear contra un canal que ya tenía las miras puestas en otros horizontes.
¿Por qué ha regresado, entonces? No han sido las extraordinarias críticas ni las nominaciones de aquellos días las que han logrado que The Comeback haya regresado nueve años después sino que, como suele suceder con este tipo de muertes súbitas, esta cancelación convirtió a la serie de Lisa Kudrow en un auténtico objeto de culto. Silenciosamente, aquella primera temporada ha sido incluida entre lo mejor de la televisión reciente gracias a su poderosa sátira metatelevisiva y al personaje de Valerie Cherish, un auténtico enigma.
Un enigma tan grande como su resurrección, por cierto. E igual de divertido.
Mientras que la primera entrega de The Comeback acabó siendo un producto rematadamente brillante aunque a todas luces experimental, la segunda temporada estrenada este otoño ha hecho gala de una madurez que rebosa por cada uno de sus confines: Lisa Kudrow ya no nos recuerda a Phoebe sino bastante más a Valerie Cherish; la sátira metatelevisiva ya ha pasado por otros derroteros más o menos exitosos (Studio 60, 30 Rock, Episodes) y es por tanto más asequible para el espectador; y, para rizar más el rizo, el reality en el que se basa la serie ya no sigue a Valerie en la producción de una sitcom, sino en la de una serie de HBO basada a su vez en la producción de aquella sitcom. ¿El resultado? Una genialidad.
Al fin y al cabo, el final de la primera temporada de The Comeback apuntaba hacia lo más alto, aunque se quedara en agua de borrajas. Valerie rozaba por primera vez el estrellato (la ironía es que ni como protagonista de una sitcom de éxito en los primeros 90 nunca fue una estrella) y no por su nueva serie, sino por su documental. Pero, ¿qué pasó después? ¿y cómo alguien que siguiera la serie entonces pudo vivir con esa incertidumbre?
Así, nueve años después, en un universo no tan ficticio, la HBO decide darle la oportunidad a una propuesta de Paulie G., ahora ex drogadicto, para que cuente la historia del infierno en el que se convirtió Room and Bored por culpa de su adicción (y de, secretamente, Valerie). Nuestra protagonista, una estrella de segunda protagonista de infocomerciales y de otros realities fallidos, se entera de que su antiguo jefe va a cambiar su vida a costa de contar una historia en la que ella misma fue protagonista, por lo que corre a defender la destrozada imagen que Paulie G. quiere dar de ella y acaba, cómo no, interpretándose a sí misma (o a otra versión "similar") en una serie de HBO cuando todo el mundo ve que es perfecta para ello. Lógico.
Con la decisión de formar parte en esta historia en su mano, es cuando cualquier espectador se puede plantear una pregunta que siempre me ha carcomido: Valerie Cherish, ¿es una pringada con mucha/poca suerte (dependiendo del contexto) o su impertérrita sonrisa esconde un plan oculto para alcanzar la fama?
En definitiva, ¿hasta dónde es capaz de llegar Valerie Cherish para alcanzar lo que quiere?
Su evolución en la segunda temporada de The Comeback se puede reducir en una única palabra: humillación. La producción de Seeing Red le trae de vuelta a una vieja conocida, Jane, quien vuelve a seguir su vida convirtiendo cada uno de sus pasos en una prueba de sus éxitos y fracasos. Tanto la nueva serie como el nuevo documental son parte de un proyecto que busca y encuentra nuevas formas de explotación basadas en su humillación: la serie, ofrece una perspectiva distorsionada del papel de Valerie en la producción de Room and Bored; el documental, invade su privacidad, arruina su matrimonio, y la expone a la publicidad de sus momentos más bajos (no solo su ridículo al tratar de parecer siempre perfecta, sino especialmente por esos momentos que no puede controlar, como la historia de Mickey o todos sus problemas con Mark).
Pero este viaje también le granjea los más altos honores, le otorga el beneplácito de la crítica y, en última instancia, uno de los mayores éxitos profesionales a los que jamás imaginó que podría aspirar (siempre creyó que era una estrella, pero nunca lo fue). De todo esto, Valerie es consciente (al fin y al cabo, sería protagonista de una serie de HBO)... entonces, ¿tolera Valerie esta humillación porque es incapaz de evitarla por su propia naturaleza presumiblemente inocente o porque va a conseguir lo que quiere a pesar de ello?
Es este viaje, por otro lado, otro de los grandes aciertos de la segunda temporada de The Comeback, decidida a darlo todo en caso de que una improbable (los datos de audiencia han vuelto a ser pésimos) tercera temporada tenga lugar. Sinceramente, por mucho que me encante la idea de volver a ver a Valerie, su final ha sido suficiente como para dejarlo aquí. Imperfecto, pero suficiente: porque demuestra, en ultimísima instancia, no que Valerie Cherish sea un monstruo ambicioso que sabe hacerse muy bien la inocente, sino que, tristemente, ha vivido esta humillación porque creía que era lo que tenía que hacer.
Porque tenía un sueño y creía que podía tenerlo todo... y era demasiado inocente como para creer que era posible. Y por ello pasa por esta humillación, pasa por el miedo y el dolor de su verdadera situación actual, y pasa por el hundimiento de su matrimonio, por la sensación de que su mejor amigo se está muriendo sin que ella pueda hacer nada, y por el hecho de que sus únicos amigos como Juna le tengan que echar en cara que es
Su moraleja, de manual, no deja de ser demasiado simple, pero para qué podemos pedir más: Valerie finalmente consigue lo que quiere, que es ser querida.
P.D. Me he reído, muchísimo, con The Comeback, aunque no lo parezca. Es que Valerie me pone sentimental.
Me dejas con los dientes largos...donde puedo verla con sub en español? gracias!
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