Hoy vamos a aprender a convertir una temporada en constante mejora en el comienzo de un culebrón como el del año pasado. Quinn llega a casa de los Winslow y, como quien no quiere la cosa, Jeremy se suicida. El señor estaba preparadísimo para una posible visita de este tipo. Y Quinn se queda sin saber por qué alguien vigila a Olivia Pope, pero esto huele a drama enorme al estilo terrorista de Maya Pope desde lejos. Olivia, en cambio, está tan tranquila en su casa debatiendo con Fitz por teléfono sobre qué es la esperanza y qué relación tiene con la seguridad de Jake. El resto del episodio se desarrolla con la normalidad típica de Shonda.
Se ha filtrado un vídeo de un senador en actitud íntima (y escabrosa) con una prostituta. El senador dimite, ¿quién le reemplazará? Pues el mismo que ha preparado la trampa al senador: Charles 'Chip' Putney, el exmarido de Abby. Muchas malas noticias para tan poco tiempo. Olivia Pope enviará su ayuda en forma de campaña electoral de Susan Ross, una profesora viuda y, cómo decirlo, bastante cómica, que compita con Chip en la carrera para Senador por Virginia. Menos mal que tiene una hija adorable y muy natural para hacer todo el trabajo de promoción, porque esta señora es un poco... cómica. A Fitz le da todo igual porque hay esperanza.
Chip sabe que el aumento de popularidad de esta señora es obra de la amiga de Abby y le planta cara, pero esta vez ella está preparada. Con ayuda de una pistola le hace alejarse y, acto seguido, corre a contarle a Olivia lo que ha pasado. Olivia le anima a hacer uso de su puesto y contarlo a la prensa pero Abby tiene una revelación. ¿Dónde están ahora todas esas mujeres a las que han ayudado durante años a contar sus propias experiencias? Incluso Olivia se da cuenta de que, a pesar de hacer justicia en cada uno de los casos, las víctimas no salieron bien paradas. Cuando Leo Bergen descubre que Susan Ross nunca estuvo casada, acude rápidamente a la oficina de Abby a restregarle que Chip va a ganar y Olivia va a perder. Entonces, Abby se da cuenta de que es un buen momento para contar su historia, al menos en privado. Leo Bergen, que, al parecer, está coladito por ella, se encarga de filtrar que Chip lo preparó todo para hacerse con el puesto. Pobre David Rosen, el amor se respira en el ambiente.
Ante el atentado a la embajada americana en Angola, Fitz decide mandar al portaviones U.S.S. Truman a la zona como disuasión. Pero Cyrus lo bautiza como "Roosevelt" y a esperar. Así es, Cyrus le ha tendido una trampa al amante y solo ha de vigilar de cerca a Lizzie Bear para corroborar la traición, pero Lizzie está ocupada bailándole el agua a la Primera Dama. Mellie está cansada de sus tareas y aún permanece en ella el ansia de poder que le contagió la viuda de Cooper. Parece que Cyrus puede dejar de sospechar de su amante hasta que, en el momento más inesperado, escucha esa palabra, "Roosevelt", por televisión. Mellie dice en directo que enviaron al Roosevelt a Angola. ¿Lo ha preparado Lizzie para que Mellie parezca la que contrató a Michael o simplemente no lo ha visto venir? ¿Sufrirá Mellie las consecuencias de todos modos? Hasta donde Fitz sabe, su mujer se está inmiscuyendo en los asuntos que no le incumben, pero Mellie ha vuelto a ser la que era.
En cuanto al asesinato del hijo presidencial, Olivia insiste en hablar con Tom. Tom habla en esa reunión más que en toda su vida de guardaespaldas. Es la primera vez que puede mirar a Olivia y hablar con ella, y habla exactamente igual que Command, con las mismas pausas y los mismos énfasis. Al fin y al cabo es como si le hubieran lavado el cerebro, trabajar para Rowan es como estar en una secta. Lo más importante que Tom le cuenta a Olivia es que Fitz intentó suicidarse. Todo lo demás, palabrería.
Rowan espera en casa a Olivia para decirle que no es buena idea ir en su contra. Dice que toda su vida ha actuado por el bien de su hija, un discurso digno de la serie, de esos largos. A ella le falta reírse en su cara. Poco después apuñalan a Tom en prisión y este cuenta a Olivia la verdad. Cuando Fitz pregunta a Olivia cómo ha conseguido que confiese, ella no tiene problema en admitir que fue ella la que se encargó de que le apuñalaran. Es lista la condenada, ha salido al padre.
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