Hoy hemos conocido más a fondo a Asher Millstone. Nos vamos acercando al ecuador de la temporada y poco a poco los vamos conociendo a todos. ¿Hemos cambiado de opinión sobre alguno de ellos? Asher es simplemente un gallito inmaduro, o eso parecía.
Tras anular la clase sobre el Hábeas Corpus (sus clases siempre tratan sus casos, incluso antes de que ella sepa qué casos son), que consiste en asegurar a un acusado sus derechos, Annalise llama a los Keating Five -un nombre fantástico, casi mejor que Spice Force Five- para que le ayuden con el caso de su amigo David Allen, que fue condenado a muerte años atrás por el asesinato de su novia Tricia Stanley. El juez que llevó el caso fue Millstone, el padre de Asher. Este caso me recuerda muchísimo a la primera (y última) temporada de The Divide, por cierto.
Asher se cabrea al saber que Annalise sabía lo de su padre, pero qué remedio le queda que investigar en su propia casa mientras sus compañeros visitan al abogado defensor y al fiscal. Cuando Asher acusa a su padre de obtener beneficios profesionales al pasar por alto el perjurio de una testigo y condenar a un inocente a muerte, además de los veintiún años de prisión, papá le llama desagradecido y egoísta y le echa de casa pero, aun así, el hijo decide dejarle fuera del caso. Y pide quedarse con el trofeo, qué pena que no se lo haya ganado sin un trato. Ese trofeo permanecerá en su casa unas cinco semanas, hasta que alguien (¿Michaela?) lo robe. Con estas dos peticiones, Asher cuenta a Annalise todo lo que sabe y el caso se centra en acusar al Senador Truko, que era un simple promotor inmobiliario por aquella época y ha conseguido tantísimo desde entonces.
Annalise está preocupada por su marido y se presenta en casa de Wes para pedirle que no vaya a la policía. Wes abre tapado solamente con una toalla y la atiende mientras se viste, todo muy normal. Frank será el encargado de buscar a Rebecca, desaparecida desde que descubrió quién es Mr. Darcy, mientras Wes se une a la investigación de esta semana.
El tiempo se acaba para David Allen y han de pasar la noche investigando. Para las 2 y pico de la mañana están todos muertos. Cómo se nota que no son seriéfilos. Así como de casualidad, y no es la primera vez que lo hace, Asher descifra el enigma: la testigo está comprada. También ha ayudado que Connor le toca la moral cada vez que puede. Entre estos dos hay un pique que tiene que explotar por algún lado.
Al matar a Tricia, Art Truko consiguió edificar de nuevo donde antes había una propiedad de renta baja, haciéndose de oro. Annalise llama a declarar al Senador Truko y se marca un speech que los deja a todos fríos pero que, como dice el juez, está basado en suposiciones. Pese a todo, se decide investigar a Truko, liberar a David y prohibir un nuevo juicio. Asher debe de tener sentimientos encontrados, ya que ha conseguido liberar al cliente pero sabe que su padre es culpable en parte de todo este tinglado.
Bonnie tiene miedo de que Laurel le pueda hacer daño a Frank. Sin duda no conocemos al chico a fondo, porque yo diría que es él quien puede hacer daño a Laurel. Oye, que aunque tenga novio los sentimientos humanos son complejos. Laurel ha decidido que ha de hablar con Frank, no está interesada.
Finalmente, Annalise decide filtrar la información sobre el teléfono de Lila, haciendo que Frank lo deje en el coche de Griffin, no sin antes cambiar el papel pintado de la pared. Las noticias hablan de un nuevo sospechoso o de un motivo para que Griffin matase a su novia. Por sorpresa, Nate vuelve a aparecer y tiene pruebas de que Frank dejó el teléfono en el coche. De momento, las sospechas se alejan de Rebecca, mientras que Sam y Annalise se acercan.
Ahora que todo está bien en el matrimonio, Sam va a morir. Annalise, preocupada por un salón muy limpio y sin alfombra, llamará a Bonnie que, en ese momento, estaba acostándose con Asher, el único de los Keating Five que no tiene nada que ver con el asesinato. Se cierra el círculo. Pero volvemos al principio, ¿quién ha matado a Sam? ¿Y por qué?
COMENTARIOS