1x01 d.Y. (después de Yang). Y he de decir que me lo esperaba muchísimo más duro. Después de diez años de idas y venidas, uno ya se ha dado cuenta de que Grey siempre, siempre sobrevive al paso del tiempo y al paso de su propio reparto. A los cromas y a los helicópteros generados por ordenador ya no. Eso ya son achaques de la edad o que no había presupuesto porque Geena Davis cobra mucho.
Ya que he hilado el tema tan finamente: ¿soy el único que tiene la impresión de que ha sido mucho ruido y pocas
nueces? Vamos, que Thelma se supone que lleva toda la vida en el Seattle
Grace y ahora, de buenas, quiere reclutar a Arizona porque es algo así como
la nueva Addison que aparece al cabo de seis años.
Seguimos con las incorporaciones de la temporada y la nueva Grey. Esto ya empieza a parecerse a Brothers & Sisters, con esos hermanos que aparecían o se caían de
repente del árbol genealógico.
No aprobé la incorporación de un nuevo vástago al clan en mayo, y ahora que
vemos de qué pie cojea, mucho menos. Lo siento, pero no sé qué pinta aquí cuando Meredith ya tiene bastante con Derek
Superstar y el Jefe, tres cuartas de lo mismo, con Mama Avery dándole la patada
y Amy Shepherd siendo su nueva sponsor de Alcohólicos Anónimos. Por cierto,
punto positivo para Jackson por lo bien que devuelve el anillo.
Si hubiese sido hermano o pariente sorpresa de cualquier otro personaje y
no se dedicase a asaltar quirófanos, posiblemente hubiese entrado con mejor
pie, pero nosotros ya tenemos una nueva Grey muy mona, que canta muy bien, se
tiñe muy mal y tiene un hospital entero en su honor. Así que este híbrido de Lexie y Yang que nos
han querido colar se ha ganado aquí un hater. Lo siento en el alma, chata, pero me pareces muy innecesaria. Espero que Shonda tenga escondido un propósito original y útil para la serie y yo tenga que tragarme todo este artículo con mucho gusto.
Siguiente punto del día: Alexander Karev. Si hay un personaje del que espero mucho esta temporada es Alex. La
semilla del demonio tiene mucho que ofrecernos este año. Competir con nada más
y nada menos que Miranda Bailey por el puesto en la junta del hospital, ser la
nueva persona de Meredith, intentar que Jo entienda cómo funciona una amistad
tan genial y enfermiza como una mypersonship. Es un concepto
demasiado grande como para no tener denominación propia. Os lo recomiendo. Y si ya por fin la Heigl se marca el retorno (con el rabito entre las piernas) más esperado de la década televisiva, yo me tiro al suelo y hago la croqueta.
El episodio deja una sensación de
continuidad. Más que cambios o nuevos tiempos, estamos ante una progresión:
Hunt ha dejado perfectamente (a primera vista) cerrado el capítulo del
Owentina, Callie y Arizona siguen con su proyecto de familia y sus dudas sobre
el vientre de alquiler y Jo y Steph se quedan como únicas internas compitiendo
como fieras, como debe ser.
Esto ha sido todo del primero de los 24 episodios de esta temporada
Meredith-céntrica, como ya ha anunciado Shonda. Os recordamos que jugarán la
misma baza que el año pasado, emitiéndola en dos mitades de doce episodios ininterrumpidos por parones menores.
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