El otro día comentaba en Twitter que Gomorra me ha hecho recuperar la fe en la ficción televisiva —algunos ya sabéis que la sobresaturación de series ha deteriorado el propio placer que me produce verlas—, y sinceramente es el mejor cumplido que le podría dar. Es totalmente merecido, por si cabía alguna duda.
La ficción italiana se estrenaba anoche en La Sexta, un hecho bastante llamativo no solo porque una cadena española le haya dedicado su primetime a una serie tan reciente —se estrenaba el pasado mayo en la italiana Sky Atlantic—, o porque sea italiana... sino porque es prácticamente una desconocida. La prensa especializada se hacía eco de ella hace tan solo unas semanas y, como la pólvora, los que disfrutamos de ese tipo de información la descubrimos y valoramos en cuestión de días. Quién nos iba a decir que una serie como Gomorra se fuera a convertir en todo un fenómeno.
La historia, para los seguidores de los entresijos de la Camorra, es de sobra conocida. Basada al mismo tiempo en el libro de Roberto Saviano y en la película homónima de Matteo Garrone, Gomorra se aleja ligeramente de sus referentes y cuenta la historia de la caída y resurrección de la organización de Pietro Savastano, un poderoso capo napolitano. Hasta ahí, poco aporta Gomorra al conglomerado audiovisual inspirado en la mafia; la familia, la ambición, la violencia y los negocios sucios son la clave de esta serie que desde el punto de vista más objetivo tan solo aporta un granito de arena más a esta sangrienta leyenda a la par que realidad.
Las comparaciones, sobre todo en esta materia, son odiosas. Tan solo en el referente televisivo, numerosos nombres se nos vienen a la cabeza. Uno, patrio, Romanzo Criminale. Otro, menos obvio pero también muy realista que cruza los cables y el charco que separa a la todopoderosa ficción americana de la hasta ahora desconocida italiana. Y aunque me lluevan palos, lo cierto es que, salvando las distancias, Gomorra me ha recordado más a The Wire —ese bloque de edificios...— que a The Sopranos, como he leído por ahí.
Más allá de esto, por lo que sorprende Gomorra es por su brutal realismo y por una narración repleta de matices, saltos y sorpresas. Consigue que nos pongamos en la piel de unos personajes hundidos en la maquinaria del mal, y que los abracemos como a verdaderos conocidos a pesar de que ninguno de sus actos, todos ellos repugnantes y despreciables, tenga justificación. Cada episodio, dedicado en parte a un personaje o a un apartado de la organización, retrata sin pelos en la lengua la realidad no solo de una organización criminal, sino de todos los que viven por y para ella... una sociedad que vive en la miseria y en el miedo, y cuyo futuro pende de un hilo y de la sangre fría de unos camorristas. Mientras, el entramado principal va escalando posiciones desde el primer episodio hasta un brutal desenlace, sin dejarnos cerrar ni un segundo la boca. Simple, directa y consciente de que lo que tiene que contar ya ha sido narrado antes, Gomorra se lanza a la piscina con todo... y acierta de pleno.
Esa es Gomorra, que os animo a ver ahora que todos tenemos esa oportunidad. Qué queréis que os diga, pero para mí es la serie del año.
Totalmente de acuerdo.Serie del año, especialmente por su cualidad de grata sorpresa. Estuve fuera el lunes pasado y no sé como será el doblaje, porqué los personajes hablan en un italiano a veces incomprensible - de hecho en Italia se ofrecía la posibilidad de verla con subtítulos. Y sí, a mí, también me ha recordado a The Wire, más que a The Sopranos...
ResponderEliminar