Hemos tardado, pero ya estamos aquí para analizar el principio del final de Boardwalk Empire, una serie totalmente infravalorada, no sólo por los jurados de entregas de premios sino también por la audiencia, que no la apoyado tanto como la serie de calidad extrema que es. También me parece injusto que acabe con una temporada de ocho capítulos, teniendo en cuenta que Terence Winter había concebido seis entregas. Esta decisión me parece darle un final precipitado a una ficción brillante. Una de sus consecuencias ha sido un salto temporal de siete años que se me antoja excesivo, sobre todo porque el final de la cuarta fue uno de los más abiertos de la serie. Había tramas que podrían haber sido más explotadas, aunque parecieran acabadas.
Sea como sea, tenemos que aceptar las nuevas reglas del juego que nos impone Boardwalk Empire, que hasta ahora no nos ha fallado nunca. Vamos a repasar dónde han estado nuestros personajes empezando, cómo no, con el protagonista. Nucky aparece en La Habana junto con su "amiga" Sally Wheet, que ahora posee un club en la capital cubana, para mantener una reunión con un senador y con el dueño de Ron Bacardi, con vistas a distribuir su producto cuando la Ley Volstead sea derogada, algo que cree que pasará pronto. Tras un encuentro breve con Meyer Lansky, en el que nos enteramos de la muerte de Arnold Rothstein, uno de los mejores personajes de la serie (motivo de congoja), Nucky sufre un atentado que su espectacular nuevo guardaespaldas coleccionista de orejas aborta con éxito. A todas luces, es el propio Meyer el responsable.
La novedad durante esta temporada es que vamos a ver pasajes de la infancia de Nucky Thompson en todos los capítulos, imagino que a modo de epílogo para la serie y, al mismo tiempo, como homenaje a su personaje. Una decisión que me chocó en un principio pero que a medida que transcurrieron estos dos primeros capítulos, me empieza a convencer. Aunque sólo el tiempo dirá si era tan necesario conocer el pasado de su personaje.
De vuelta en Nueva York, vemos cómo Luciano se deshace de Joe Masseria, al que yo esperaba ver muerto tras una espectacular operación de los Thompson, pero es lo que hay. Con este movimiento, propician el ascenso de Salvatore Maranzano, un nuevo villano al que planean liquidar cuando estén preparados para gobernar en Nueva York. Por cierto, volvemos a ver a Tonino, el soldado del inolvidable Gyp Rosseti, que también pierde la oreja.
Recordemos que al final de la anterior temporada, Eli tiene que poner tierra de por medio tras el asesinato del agente Knox y empezar a trabajar a las órdenes de Nelson/George, ahora convertido en un capo de Al Capone, a su vez convertido en el rey del hampa que todos esperábamos, y también en una celebridad. Su reinado parece aún indiscutible, pero ya conocemos la historia y el intocable Elliott Ness ya ha hecho su aparición. La trama de Nelson Van Alden es la más rocambolesca de toda la serie, con sus continuos cambios de rol, pero su persistente crisis existencial.
No se queda atrás el “bueno” de Chalky White, que ha sufrido lo suyo. Después de la muerte de su hija, que nos dejó ojipláticos, no sabemos qué puede haber ocurrido para haber acabado en prisión. En cualquier caso, esperemos que vuelva por sus fueros, se ponga el traje y vuelva a contemplar su club desde la oficina. Ya veremos en qué acaba la historia de unos de los personajes más queridos de la serie (con permiso de Richard Harrow), pero seguro que todavía nos va a regalar momentos impagables.
Dejamos a las féminas para el final puesto que sus historias han sido poco desarrolladas aún. Empecemos por la superviviente Gillian Darmody, y digo superviviente de guión, pues todos pensábamos que su historia no daría para más tras la tercera y la cuarta temporada, pero parece que Terence Winter y su equipo se han empeñado en mantenerla en el reparto. ¿Nos dará alguna sorpresa? Con respecto a Margaret, vemos los efectos que el crack del 29 está teniendo entre los brokers, devastadora secuencia en la que su jefe se quita la vida. Todavía está por ver si la volveremos a ver junto a Nucky.
Dos capítulos muy intensos para empezar la última temporada de una gran serie que echaremos de menos pues es lo más cercano a la mafia clásica scorsesiana que hemos tenido en muchos años, con todo el romanticismo de los años 20, toda la violencia y la grandilocuencia del género.
Como bien dices, es una serie infravalorada, pues es demasiado buena para acabar así con tanto apuro, con una temporada menos y lo peor con menos capítulos de los acostumbrados. Una verdadera lástima la echaré mucho de menos.
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