Antes que nada, permitidme opinar que esta segunda temporada no ha perdido ni frenetismo, ni calidad, ni interés. A cambio, perdió un objetivo final como el que tenía la primera, algo que suele ocurrir en las series con una trama pensada para cierto número de episodios que son renovadas.
Y es que a la hora de analizar el argumento de la serie, podemos concluir que no lo hay, simplemente no tiene. Es decir, siempre pasan cosas, han ido apareciendo multitud de subtramas, sobre todo episódicas, pero realmente nada nos podía dar una pista de lo que ocurriría al llegar al final, excepto una muy probable batalla definitiva. Si bien la primera temporada tenía dos líneas principales —Hood intentando escapar con Ana/Anastasia/Carrie de la sombra de Rabbit y Hood actuando como sheriff y especialmente contra Proctor—, tampoco es posible decir que la trama avanzara mucho al respecto hasta este año.
A partir de esta tanda de episodios que, por cierto, sigo agradeciendo que sea reducida, Rabbit ha estado desaparecido en combate. La meta de cada día sería únicamente ir deshaciéndose de la amenaza que fuera llegando al pueblo. Ana y Lucas apenas se han relacionado y no buscaban huir juntos, Siobhan ha intimado con él aunque sin ganar protagonismo, Job y Sugar han permanecido fieles a su papel secundario de asistentes y Rebecca es una especie de heroína encubierta en las filas del mal. El malogrado Jason Hood en ningún momento ha llegado a causar problemas, el pobre se fue como vino, sin hacer ruido. Los Kinaho aún no entiendo muy bien qué papel tienen en todo esto, aparte de darle diversidad étnica y cultural al pueblo. Bien es cierto que el tema del asesinato de la chica Kinaho y la desaparición del chico Amish le dio mucha vida a la primera mitad de la temporada, y nos han presentado a Chayton, que ya nos dejan claro que tendrá mucha importancia en el futuro. Sin embargo, el principal avance ha sido la detención de Kai Proctor y, por qué no, también verle llorar ante su madre. Pero iba llegando la hora de darle forma al episodio final y, posiblemente hubo crisis de ideas.
En el penúltimo episodio Job se extralimita en sus funciones de vasallo fiel, quién le mandará inmiscuirse, logrando darnos a partir de ahí toda la acción, ya que volvemos a encontrarnos con Rabbit, pero la mitad de la season finale se dedica a contarnos cómo Lucas y Ana prepararon su huida en el pasado, "reencontrándose" así con Fat Au. Como la pareja de tórtolos no contaba con suficiente apoyo, había que inventarse una nueva banda que pudiera ponerle solución al berenjenal en el que ellos solos se iban a meter. Desde luego, ha sido poético el momento de la despedida a dos tiempos. En cualquier caso, volvemos a utilizar el recurso de la mafia para tener un final majestuoso alternando tiroteo y silencios dramáticos. Aquí es cuando me viene a la mente lo raro que es el hecho de que Hood pase quince años en prisión sin que le encuentren y maten. No sé, yo a todo esto siempre le he visto lagunas. Y aquí estamos, todos sanos y salvos. Venga ya, ¿tan difícil es apuntar con una metralleta? Sale Yulish por sorpresa y disparando a todo el mundo por detrás y solo él acaba herido, aparte de muerto. Ni siquiera muere alguno de los matones de Fat Au, que nos daría completamente igual. Una vergüenza. Se pierde la credibilidad.
Atracón de flashback, eso es lo que hemos tenido. Si hubieran dividido tanta historia pasada entre el resto de episodios, ahora no tendríamos un último capítulo de una hora que resulta pesado, demasiado largo. La temporada había funcionado perfectamente con la introducción de historias diferentes y no había necesidad de darle tanta importancia al pasado ni a los ucranianos. Es verdad que la trama de Rabbit había quedado abierta, pero creo que ha sido excesivo.
Ahora me surge la duda, ¿no se sabía que Deva era hija de Hood? Porque yo ya lo daba por hecho, supongo que como todos. Es decir, le han dado tanta importancia que, aparte de que es bastante traumático para Hopewell y, al parecer, nada traumático para Deva, me pregunto si también debía ser sorpresa para los espectadores. Estaría bien si alguien me lo aclarase, porque no pienso volver a ver toda la temporada. Es un placer de una sola vez. De momento.
Ucranianos aparte, pasan cuarenta y cinco minutos y nos acercamos a algo que bien podría ser un final medianamente digno pero insípido. Por suerte, ahora sí, aún queda un cuarto de hora para ver qué pasa con Rebecca. Menudo protagonismo ha ganado esta chica. He visto esta foto antes de acabar el capítulo y he pensado que me la mataban. Ay madre, el año pasado no me habría importado pero ahora no. Ahora no puede ser. Es la badass de la jornada. Por ganarse la confianza de Kai (y del gafitas) ha originado otra guerra. Veremos hacia dónde nos lleva todo esto.
El capítulo ha mejorado con creces. Hemos perdido a Emmett de una forma horrible —cuántos tipos de mentalidades hay en ese pueblo— a la vez que sufríamos por Rebecca. Le ha aportado el toque triste a un final de notable. No olvidamos que el episodio ha sido lo peor de la temporada y sin embargo da igual, se les perdona, las season finales de Banshee son siempre espectaculares, como el resto de episodios. Para buscarle fallos al argumento hemos de cambiar de serie. Esta serie es sexo y violencia, es peleas grandiosas y respiraciones entrecortadas, es sangre y sudor. Banshee es Lucas y Ana.
deva no sabia que era su padre hasta el final de esta temporada, no sabemos como lo ha descubierto pero ella no lo sabia,esa es la sorpresa, nosotros ya lo sabiamos, pero la sorpresa es que ella lo sepa
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