Ya sabemos que Parenthood es capaz de lo peor y de lo mejor, y que sí la temporada anterior alcanzó su punto más álgido estos nuevos capítulos parece que llevan el camino contrario. Por supuesto, no todo es malo y siempre hay pequeños momentos que salvan los episodios pero, en general, todo deja mucho que desear.
Lo que más me sorprende es lo que le está costando avanzar a las tramas. Diría que tras seis capítulos nos encontramos prácticamente en el mismo lugar en el que comenzó la temporada. Quizás, la historia de Kristina es la única excepción y no precisamente para bien. Su repentina carrera política da un salto cualitativo esta semana cuando el debate contra Bob Little le permite exhibirse como la supuesta buena política que los guionistas nos quieren hacer creer que es. Y no lo dudo, Kristina tiene, en parte, la actitud y aptitud para serlo (sus constantes lágrimas son un paso atrás) pero que todas estas nuevas ambiciones estén tan sacadas de la manga hace que me crea solo la mitad de lo que ocurre. Además, el avance en en este capítulo, en el que pasa de que sola la conozca un 7% de la población de Berkley a que tenga posibilidades de ganas las elecciones a la alcaldía es simplemente ridículo y forzado hasta decir basta.
Sarah, mientras tanto, parece que acepta al fin la boda de Amber y Ryan. ¿Será esta la definitiva? ¿Cuántas veces nos han hecho ya creer que está contenta con el evento para luego terminar gritándose con su hija? Solo espero que esta sea la definitiva y que, por favor, los guionistas dejen de abusar de nuestra paciencia y pongan un punto y aparte a esta historia.
Como veis, es difícil decidir quién se lleva la palma esta semana, pero es posible que me decante por Julia y su escapada de casa de amigo en la cena como si estuvieran teniendo una aventura. Está claro que algo va a pasar ente ella y Ed y ese es precisamente el problema de esta historia. La sutilidad han decidido dejarla apartada y ser lo más evidentes posibles colocando dos personajes como Ed y Peet alrededor de Julia y Joe y preguntarnos quién de los dos va a ser infiel primero. Una pena, porque si hubieran introducido a los dos personajes de forma menos brusca y más pausada esta trama podría ser mucho más interesante.
Con respecto a los demás, Jasmine y Crosby tienen un pequeño drama sobre si comprar o no un nuevo coche (first world problems) y Camille y Zeek siguen siendo tan aburridos como siempre.
Por suerte, estas aburridas historias siempre tienen alguna escena entre miembros de la familia que onsiguen sacar una sonrisa, ya que, al fin y al cabo, ahí es donde funciona mejor Parenthood, a pequeña escala, cuando los personajes interactúan en momentos íntimos. De momento, la temporada me está resultando un poco soporífera, esperemos que vaya mejorando y, sobre todo, olvidando todo eso que no está funcionando en estos episodios.
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