Seamos realistas. No sé cuántas veces habré dicho esta frase en las últimas semanas, pero me da la sensación que demasiadas. También me da la sensación de que es muy obvio que a la tercera temporada de The Walking Dead le sobran episodios, y que su antigua costumbre de dar vueltas para llegar al mismo punto al que podrían haber llegado en menos tiempo vuelve a estar más viva que nunca. Ojo, no hablo de relleno, pues al fin y al cabo incluso Arrow on the Doorpost nos ha dado muchos detalles; hablo de ese absurdo juego de guardarse toda la emoción para el último episodio, a sabiendas de que eso será suficiente para que sigamos viéndola. Y lo peor es que The Walking Dead ha sido así siempre, que parece que no nos acordamos nunca.
¿Me ha disgustado este último episodio? Digamos que me ha dado bastante igual, algo que lamento al saber que en realidad sí que es un episodio de gran importancia.
Rick, acompañado de Hershel y Daryl, acude a una reunión con el Gobernador en un lugar neutral, algo que sin duda no esperábamos. Sea como sea, empieza fuerte: el Gobernador señala que podría haberles matado durante su último asalto, pero que decidió no hacerlo. No tarda mucho en unirse a ellos Andrea quien, desesperada por calmar a ambos grupos, había organizado esta reunión sin saber muy bien cómo terminaría. Y, aunque me canso de repetirlo, es tan rubia que parece natural, y se traga otra bofetada de su amante cuando la expulsa de su propia reunión (luego le dará otra sin que ella se entere, que es incluso peor). Ni Rick ni el Gobernador quieren dialogar, sino establecer los términos de su batalla, algo que esconden con tragos de whisky y unas mentiras que ninguno se traga.
Una vez solos, Rick y el Gobernador comienzan una conversación algo confusa pero que bien valdría como una pelea con sus propias manos, mencionando sus respectivos pasados y buscando humillar al otro, especialmente el Gobernador, que conoce lo de Shane y el bebé gracias a Andrea. El Gobernador era en el pasado un oficinista cualquiera y ahora es una persona con poder que no puede permitir que su gente vea con debilidad, algo que sucedió tras el primer ataque del grupo de la prisión.
Por ello, si hay batalla habrá sangre hasta que el último hombre quede en pie, sin importar los demás. Y aun así, Rick se niega a darle su prisión. ¿Prisión? El Gobernador no quiere la prisión, dice sin pestañear su único ojo (que nos enseña, claramente), él solo quiere a Michonne para que pague por sus crímenes. De hecho, asegura que si le da a Michonne todo esto acabará y cada uno podrá ir por su lado. Dos días se dan para sellar el trato o comenzar la guerra, y así se despiden, como quien escucha llover. Rick no se lo traga completamente y nosotros, por supuesto, tampoco. Es cierto que el Gobernador quiere a Michonne pero quiere aún más la prisión.
Lo mejor es que esta conversación que dura casi todo el episodio en realidad solo sirve para que estos dos se vean las caras, pues este pacto no podría llevarse a cabo ni en un millón de años. Ni Rick ni el Gobernador serán capaces nunca de sellar la paz, de ahí que en cuanto cada uno de ellos llega a su refugio prepara a los suyos para la batalla, que tendrá lugar muy pronto. ¿Quizás en el próximo episodio?
No obstante, no es la conversación entre estos dos lo que más me ha interesado, sino otros detalles más interesantes. Esos duelos Daryl-Martinez y Hershel-Milton no me han convencido del todo, por ejemplo, pero entiendo que han servido para comparar a los dos bandos. Por otro lado, por supuesto, Andrea la tonta se ha vuelto a llevar la palma en este episodio, traspasando los límites de la estupidez para chocar contra la pared de la humillación; también ha sido bonito ver el reencuentro de Glenn y Maggie, y comprobar cómo se cabrean los zombis con el contacto sexual. Incluso me ha gustado ver a la rarita de Beth disparar al cielo para separar a los suyos de una pelea.
Y es que hay mucha tensión en la cárcel, especialmente desde que Merle y Michonne están ahí. Ambos saben que lo mejor que podrían hacer es atacar primero y librarse del Gobernador de una vez por todas, pero Michonne lo quiere para ella y además el resto del grupo no está de acuerdo. No sabemos qué pasará ni dónde será la batalla (por no saber no sabemos ni el cuándo), pero lo que importa es que todos están preparados y que con toda seguridad correrá la sangre. Rick no está dispuesto a darle al Gobernador a Michonne, primero porque sabe que les mataría de todas formas, y segundo porque todo su grupo le debe una a la señor de la katana. No obstante, ¿estará en ella la clave de todo?
De verdad que estas cosas no se entienden. En mi vida he oído quejas tan fuertes hacia Mad Men o Boardwalk Empire en cuanto a su ritmo lento (que de serlo, lo son, y mucho). Pero parece que con la serie de los zombies no hay tregua. Lo de que a la temporada le sobran capítulos, ya me lo contarás dentro de 3 semanas cuando nos pasemos 1 AÑAZO sin ellos. Ojo, no me refiero en exclusiva a este capítulo, que reconozco que podría haber dado más de sí (al fin y al cabo, ya sabemos que ni Rick ni el Gobernador van a ceder, la única que no se entera de la copla es Andrea), sino a la dinámica que tienen los fans con esta serie desde que comenzó. Y los gritos a la desesperada que se oyen últimamente, como que se vuelva a seguir el curso del cómic (Camino que francamente, nunca se ha seguido) me parecen absurdos. Si nos quejamos de falta de profundidad en los guiones, me parece muy lícito (como he mencionado antes, Mad Men puede permitirse que no pase absolutamente nada en un capítulo porque cuenta con unos diálogos de miedo, diálogos de los que carece completamente TWD, pero es que el señor Robert Kirkman no da para más). Pero si nos quejamos de lentitud, de verdad, compraros el Resident Evil, destrozar cráneos de zombies en vuestra play y santas pascuas.
ResponderEliminarYo de lentitud no he dicho nada, de hecho no me parece que sea una serie lenta (y coincido contigo en que no se lo podría permitir), pero es obvio que ha dado más vueltas que un perro antes de dormir. Y eso tampoco se lo puede permitir. Han alargado la temporada buscando aumentar el share y les ha salido bastante mal: sobran episodios porque sobran escenas, porque no saben encontrar esa profundidad en el guión que permitiría darle más matices y de esa forma cubrir tantos episodios. Del cómic tampoco digo nada: efectivamente nunca han ido a la par.
ResponderEliminarDe todas formas, es comprensible el cabreo de la gente. Y el mío, aunque no tenga nada que ver (no me preocupan las vísceras), también.
otra semana, otra decepcion, otro capitulo aburrido, entiendo q no pueden pasarse toda la serie matando zombies y que deben ponerle dramatismo y ver el lado humano y todo eso, pero convengamos q las actuaciones y guiones no son lo mas destacable de la serie, entonces porq incisten en dialogos sin sentido, escenas prolongadas y quietas q hacen la serie lenta (a mi si me parece q va lenta)...no entiendo nada, los primeros 8 capitulos de esta temporada fueron muy buenos y hasta ahora estos 5 me han parecido desastrozos, igualmente la seguire viendo porq solo faltan 3 capitulos....Andrew Lincoln es horrible actuando y el q pusieron de governor, no podria ser mas diferente q el del comic, otro desacierto, el unico personaje q me gusta es michonne, y carl tb, asi como daryl y merle, al resto deberian comerselos ya los zombies
ResponderEliminarPues una vez más, a mí me ha encantado el episodio. Será que comparo esta temporada con la anterior, y por eso me parece sublime. La segunda temporada fue insufrible, tan lenta y aburrida que inducía al suicidio, pero la tercera es otra cosa.
ResponderEliminarDe momento no tengo queja ^^
Pues sera que nunca has entrado en la serie para que no te importen casi nada los personajes en este momento,yo tampoco comparto las criticas,me han gustado todos los episodios esta temporada y lo de Andrew Lincoln hablas en serio...Si esta temporada no ha dejado de recibir alabanzas,soberbio tambien en mi opinion.
ResponderEliminarTengo que darle la razón a Jaime sin pensarlo. Estoy completamente de acuerdo
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