Hace un año nos frotábamos las manos, entre miedo y alegría,
al ver que la pequeña serie británica Torchwood (BBC Three) daba el gran salto
y con co-producción estadounidense estrenaba su cuarta temporada bajo el nombre
de Torchwood: Miracle Day. Todo parecía bueno para la humilde creación de
Russell T. Davies que siempre se había mantenido a la sombra de su hermano
mayor, Doctor Who. Pero de esto ya hace un año; el destino de la serie en estos
momentos es desconocido, y ni la renovación ni la cancelación se han hecho públicas.
La serie está atascada en un limbo creativo.
Tras el éxito de la nueva versión del Doctor Who sus
creadores buscaban ampliar su mundo con una serie más oscura y adulta pero a la
vez cómica y con esencia Whedon. El público acogió entre alabanzas al Capitan
Jack Harkness (John Barrowman) un peculiar viajero espacial, ligón, y con un
encanto que no entiende de sexos o especies. Jack suponía la opción perfecta
para comenzar una nueva saga, Torchwood.
La serie arrancaba con Gwen Cooper (Eve Myles), una
simpática y curiosa agente de policía en Cardiff, que comienza a investigar a
una organización secreta encargada de los casos más extraños (relacionados con aliens y personajes de otras lineas temporales). Al descubrir
el secreto decide unirse al grupo. El equipo a parte de Jack y Gwen lo formaba,
Ianto Jones (Gareth David-Lloyd) un tímido pero fiel asistente, Owen (Burn
Gorman) impulsivo doctor, y Toshiko (Naoko Mori) una insegura experta en
tecnología. Durante las dos primeras temporadas, los casos son autoconclusivos
con una pequeña trama horizontal en la que las grietas temporales van
resquebrajando las barreras entre realidades. Prótesis de látex, efectos digitales coloridos, humor british y bromas con doble lecturas son las claves del
éxito de esta tanda de episodios. El amor (o mas bien la atracción) también
tuvo sus minutos en pantalla, el flirteo de Jack con casi todos los miembros
del equipo y el de estos entre si entraban en conflicto con las relaciones de
pareja “fuera del trabajo”. Estas dos primeras temporadas relajadas y sin
pretensiones, en mi opinión son las mejores y más icónicas de la serie con un
constante regusto a serie B.
La tercera temporada se transformaba en un acontecimiento
televisivo, durante cinco noches consecutivas se estrenarían los capítulos que
formaban “Children of Earth”. Con este cambio de estructura Torchwood quería
dotar a la serie de una mayor intensidad dramática, y vaya si lo consiguieron.
Para muchos fans y parte de la crítica, esta tercera temporada es la mejor a
nivel argumental. Nos cuenta lo ocurrido cuando todos los niños del país entran
en trance y recitan al unísono “We are Coming”. Los cinco capítulos no se limitan a
reflejar la situación de Torchwood, sino también al Gobierno británico, sus
familias y los secretos que ocultan, que tarde o temprano vuelven a llamar a la
puerta. El cierre del último capitulo aun agridulce servia como final de
serie…pero el éxito de esta tanda de episodios hizo que el canal Starz
(Spartacus, Magic City) se fijara en la pequeña serie.
Con grandes campañas publicitarias, una webserie con la voz
de Eliza Dushku, actores de más o menos renombre, un lavado de cara (o en otras
palabras, más dinero en la producción), “Miracle Day” suponía la cuarta
temporada. Tras las bajas acontecidas en episodios anteriores, solo dos actores
mantenían la esencia del producto
original y nuevos nombres se unían a la serie, destacando Bill Pullman o Lauren
Ambrose (Six Feet Under). La premisa era la de un mundo, donde la gente deja de
morir. El desarrollo de los acontecimientos, las soluciones impuestas ante el
caos que esto supone y el desasosiego de la población quedan perfectamente
reflejado…pero esta serie no es Torchwood. Hasta el final de temporada no hay
ni rastro de sci-fi, los protagonistas son una sátira de lo que eran (las veces
que Gwen dice: Bloody no son computables) y todo el metraje en general aburría
y carecía de magia. Ver un capitulo de la cuarta temporada es como encontrarse
con una serie completamente diferente.
Tras el pequeño bache, todos esperábamos que este verano la
serie regresara a su tierra natal y nos volviera a conquistar…pero por el
momento el vacío sigue ahí. Las últimas declaraciones de Eve Myles afirmaban
que tanto ella como John, están dispuestos y deseosos de volver…pero su futuro
es incierto ya que las prioridades del equipo creativo son otras.
Sin dudas, Torchwood es una serie perfecta para el verano, ágil, divertida, con sus dosis de tensión y muy disfrutable.
Russel está en un bache creativo por motivos personales... ojalá pronto vuelvan las musas, porque a) querrá decir que lo que lo tiene mal ha dejado de hacerle mal -su pareja está muy enfermo- y b) volveríamos a tener TW entre nosotros...
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