Tras otra
breve pausa para Grey’s Anatomy, vuelven otro jueves más con un episodio fuera
de lo normal. Cuando digo fuera de lo normal, me refiero a que el protagonista
de este episodio es nada más y nada menos que un león. Ha estado bastante bien,
aunque francamente tampoco ha sido gran cosa el episodio. ¿Qué opináis?¿Meredith
obró bien en el quirófano con Owen?¿Haríais lo mismo que Alex?, o mejor,
¿tendríais un león como mascota?
Como ya he
dicho, un león se ha escapado, pero no del zoo, sino que una mujer lo tiene de
mascota, y su nuevo ligue pensó que la estaba atacando cuando en realidad
estaba jugando. Como es normal, él intentó salvar a la mujer, cosa que enfadó
al león y atacó a su dueña y a su salvador. Él está lleno de zarpazos y
necesita cirugía urgente, al igual que ella que además está ‘destripada’.
Jackson y Richard se pelearán para intervenir en la operación, en la cual descubren
un colmillo incrustado en el hombro de él.
Desde que
Cristina se enteró de que Owen fue infiel, ni siquiera le dirige la mirada,
cosa que a Owen le duele. Mientras ella se mete en un estudio para crear
corazones a partir de células madre, él opera a la dueña del león junto a
Meredith, creando un ambiente bastante hostil. Luego tenemos la historia de
Callie, que empieza a ponerse celosa porque una enfermera tuvo una relación con
Arizona, y sus celos aumentan cuando descubre que Arizona estuvo saliendo con
medio hospital. Mark le hará ver que para ella tampoco es fácil levantarse cada
mañana y criar a la hija de su mujer y de él mismo, y que tiene que relajarse. Además,
sin saberlo, Mark también está metido en otra trama; Lexie cada vez está más
enamorada de él, y no quiere que se vaya a vivir con su novia.
No sólo
ellos serán víctimas del león, una pareja anciana vio al león, y al él le dio
un infarto. Mientras Teddy le hace unas pruebas, vuelve a tener un infarto, así
que le meten a cirugía. El paciente tiene suerte y sale con éxito de la
operación, al contrario que su mujer, que esperando a oír noticias sobre su
marido, fallece en la sala de espera. Teddy está yendo a reuniones de ayuda a
viudas, pero no termina de concienciarse de que ella lo es, cosa que cambiará
al comunicarle al paciente que su mujer ha fallecido. Por último, Alex está en una encrucijada; siente que Morgan cada vez está más enamorada de él, y tiene que poner cartas en el asunto. Así que le pide a Arizona que le deje salir del caso para ir con Teddy. Morgan ve que su bebé poco a poco va a mejor, pero en realidad ocurre todo lo contrario y Arizona le da sólo dos opciones: o permite que su bebé tenga sufrimiento crónico, sea sordo y ciego, o deja que la naturaleza ponga fin a su vida. Evidentemente es una decisión muy dura, y más sin tener a Alex a su lado.
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