Foto del Twitter de Adam Scott
La magia de Parks and Recreation, porque no se le puede llamar de otra forma, continúa con este episodio divertido y que nos devuelve al terreno de la campaña de Leslie. Y como Paul Rudd no estaba disponible (le veremos hacia el final de la temporada), la serie de la NBC enfrenta a nuestros protagonistas contra otras amenazas hacia la campaña de Leslie Knope.
Sin duda, increíble la aparición de Kathyrn Hahn (de la fallida Free Agents, y es que la NBC es de reciclar a sus actores siempre que puede) ha sido estelar como poco. La actriz interpreta a Jennifer Barkley, una relaciones públicas de Washington y nuevo peligro para Leslie, más que nada porque su inteligencia supera a la de Bobby Davenport y porque es una genio en el trabajo que hace. Es terriblemente divertido ver cómo la directora de campaña, sin maldad alguna, destroza poco a poco la campaña de Leslie con sus grandes artes pero en el fondo se nota que tanto Leslie como Ben le caen bien, pero no puede hacer otra cosa que eliminarlos. Por ejemplo, se gana el "voto gris" que representa el anciano más popular de Pawnee interpretado por Carl Reiner con promesas que Davenport no podrá cumplir y más de una mentira a los medios, mientras Leslie y Ben observan sorprendidos cómo les gana una verdadera profesional.
Por otro lado, tenemos al resto del departamento de Parques pasándolo verdaderamente mal, y es que si no consiguen cumplir con algún proyecto Chris (para el cual el mundo es su gimnasio) se verá forzado a contratar a más gente porque con Leslie fuera de juego no hay nadie que trabaje de verdad en el grupo. Obviamente, esto es totalmente contrario a la política de Ron por lo que le pone las pilas a su equipo. El proyecto, dirigido por Ann, es de lo más divertido del episodio: los habitantes de Pawnee, tal como son, no son capaces de beber de las fuentes de agua sin meterse literalmente la fuente en la boca (es para verlo y morir de risa; uno de ellos es el famoso extra Jesse Heiman). Es interesante ver cómo Ron pretende apreciar a Ann para que haga un buen trabajo ("somos buenos amigos", le dice) pero está claro que su departamento necesita algo más que manipulación para poder concluir un trabajo porque, si hay agua de por medio, es de lo más sencillo que todos los personajes acaben haciendo una guerra de globos de agua en mitad de la oficina. El problema se soluciona al final quitando directamente la boca de las fuentes y cuando Ron descubre que en realidad fue idea de April decide ascenderla hasta que llegue Leslie y recupere su puesto, y aunque April en un principio se niega acepta la petición de su mentor y toma el mando de la oficina (pobre Jerry, lo que le faltaba).
¿Y Ann y Tom no estaban saliendo?
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