Que esta temporada el cable parezca que se haya confundido de dirección con sus estrenos no es ninguna novedad. De hecho, ya os hablábamos de ello ayer cuando escribíamos sobre Homeland, y MacGuffin también habló sobre el tema el otro día. Parece como si Showtime, AMC, Starz o HBO, las grandes difusoras de series en el cable premium, hubieran decidido intercambiar papeles este otoño. Nada más lejos, por supuesto, y es que aunque el espectador tenga un clara imagen de marca de lo que cada cadena representa (y emite), estas marcas han decidido inteligentemente ampliar su sesgo de público para encontrar nuevas suscripciones a través de series que poco o nada parecen tener en común en su nuevo hogar.
No obstante, estas estrategias de diversificación no siempre tienen que salir bien. Al fin y al cabo, el público suscriptor de estos canales, por muy grande que sea su necesidad de novedad y originalidad, siempre demanda un mismo patrón de calidad según la cadena que esté viendo, lo que tiene como resultado que una diversificación muy mal pensada pueda tener un resultado fatídico. Hablamos de Enlightened, por supuesto, reciente estreno de HBO que no solo está fallando en cuanto a resultados de audiencias (debido, especialmente, al haber sido programada un lunes junto a Bored to Death, una estrategia muy poco común), sino también en lo referente a su propio concepto: que es una serie Showtime. Tal simplificación sin duda es bastante injusta, pero es innegable que la serie cumple todos los requisitos que han marcado la trayectoria Showtime de los últimos años: liderazgo femenino, dramedia (aunque es discutible), caras conocidas al frente y una protagonista con un problema psicológico, conductual o personal cualquiera y, para colmo, rubia. Sí, una simplificación tal vez muy poco merecida, pero que se ajusta perfectamente a las intenciones de la serie.
- Enlightened nos narra las tribulaciones de Amy Jellicoe (Laura Dern, conocida por Jurassic Park) para recuperar su puesto de trabajo tras una dura crisis nerviosa que la obligó a abandonarlo todo para encontrarse a sí misma en un centro de rehabilitación. A su regreso, todo ha cambiado e intentará, con su nueva actitud y visión de vida, encarar los problemas que le causaron tal desgracia en el pasado: reencontrarse con su madre, Helen (Diane Ladd, Chinatown y madre de Dern en la vida real); ayudar a su exmarido, Levi (Luke Wilson, The Royal Tenenbaums); perdonar a su jefe Damon (Charles Esten, Big Love), con el que tuvo una aventura y, sobre todo, pedir perdón a todos aquellos a los que hizo daño. No obstante, al regresar a su antigua empresa Amy es recolocada en un departamento extraño y degradante, dirigido por Dougie (Timm Sharp, Til Death) y ocupado por todo tipo de personajes, como Tyler (Mike White, creador de la serie).
Sin duda, Enlightened podría sacar mucho partido de sí misma en un futuro, ya que posee ciertos elementos potencialmente interesantes, que especialmente surgen de personajes secundarios como el personaje de Luke Wilson, adicto a las drogas; las antiguas compañeras de Amy como Krista (Life as We Know It) o sus nuevos compañeros de trabajo, que tienen toda la pinta de posibilitar una comedia desternillante. El problema es que Enlightened no es una comedia, no es un drama, ni es una dramedia. Como si perteneciera a Showtime, es una serie enfocada únicamente en un único personaje, el de Laura Dern (que también produce la serie), y eso es un gran problema de cara a considerar el interés de la serie porque se trata de un ser horriblemente insoportable, que no hace reir ni hace sufrir. Seguramente, como un sinfín de personajes que lideran el cable, Amy ha sido diseñada para crear una imagen de amor y odio en el espectador, pero con el paso de los capítulos se ha convertido en un ser repulsivo e intolerable: una adolescente atrapada en el cuerpo de una adulta con problemas de ansiedad y de ira (por favor, que potencien este último aspecto), que para encontrar el buen camino en su propia vida se ha convertido en uno de esos seres iluminados que creen en el karma, en la paz interior y en la felicidad en el mundo, pero no como una creencia personal (entiéndase que estas creencias son totalmente respetables) sino como una postura de imposición hacia los demás como agentes del cambio. Es difícil explicarlo con palabras pero, quizás el mejor acierto (aunque sea en cualquier modo una desgracia) de Enlightened es que todos tenemos una Amy Jellicoe en nuestras vidas.
Poco más se puede decir de Enlightened porque de momento no ha habido grandes avances en ella en ningún sentido y aunque tiene un comienzo prometedor va decayendo poco a poco. Todo apunta a que las incipientes tramas se elaborarán con cierto interés y puede que incluso diversión, pero de momento persiste el problema de esta serie: Amy Jellicoe. En mi opinión, solo cuando el personaje explote y se llene de ira, algo que hemos visto ya en pequeña escala; solo cuando el Motherfucker! sea la clave del personaje, será una serie interesante. Ahora bien, ¿quién está dispuesto a esperar?
No estoy de acuerdo con tu crítica. Amy es insoportable pero se le coge cariño. Yo también espero que explote porque se ve que tiene mala leche!
ResponderEliminarEspartana, ese es el problema: la actitud del personaje puede hacer difícil el que sea apreciada (lo que es mi caso) pero como digo, si se enfocara de otra forma podría llegar a interesarme. Saludos y gracias por pasarte!
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