Hace un par de meses os hablábamos aquí del estreno de The Borgias, nueva producción televisiva sobre la vida y milagros de la famosa familia de origen español que llega de la mano de Neil Jordan para la cadena Showtime, en la cual en un principio no parecía encajar del todo. La primera temporada de tan solo nueve episodios concluía el pasado 22 de mayo, ya bajo el anuncio de una segunda temporada para el año que viene. Una serie estupenda, en definitiva, por la que los incautos no se deben dejar engañar por el contenido histórico que puede echar para atrás a más de uno, pues esta serie protagonizada por Jeremy Irons es vicio puro.
De hecho, la realidad es que los hechos históricos que aparecen son tan verídicos como los que aparecen en la saga Assassin's Creed. Seguramente sean más reales que los del videojuego, pero no cabe duda de que la historia de los Borgia está tan adornada por la sangre, el vicio y el fornicio que es inevitable que no encante al espectador. Aunque a nivel interpretativo deja mucho que desear (en mi opinión), el trabajo de guión y adaptación, de vestuario, de efectos especiales y otros tantos recursos técnicos merece una gran consideración, pues apoya una historia adictiva y elaborada, concluyendo así un producto muy interesante y entretenido.
The Borgias sigue el ascenso de esta familia a la cima del poder de la Iglesia y de sus esfuerzos para mantener el Trono de San Pedro en sus manos. Comienza con la elección de Rodrigo Borgia (Jeremy Irons, The Man in the Iron Mask) como el Papa Alejandro VI gracias a la simonía y el soborno al Colegio Cardenalicio que el Borgia consigue con la ayuda de su hijo Cesare (François Arnaud, Yamaska). No obstante, el triunfo del español no es del todo aceptado por una parte de los cardenales y éstos deciden oponerse al nuevo Papa tanto por sus prácticas nada cristianas como por su escandalosa forma de vida, compartiendo lecho con la bella Giulia Farnese (Lotte Verbeek, Nothing Personal). Con la ayuda de su familia, Rodrigo Borgia aplasta a sus enemigos mientras que lleva a cabo alianzas con grandes señores y políticos para mantener su posición, como por ejemplo casando a su virginal hija Lucrezia (Holliday Grainger, Jane Eyre) con Giovanni Sforza (Ronan Vibert, The Pianist), Señor de Pesaro, con el fin de conseguir el apoyo de la poderosa familia italiana.
Mientras tanto, el gran rival de los Borgia, el Cardenal Giuliano Della Rovere (Colm Feore, 24) cruza Italia buscando aliados que depongan al Papa hasta llegar a Francia, donde consigue persuadir al Rey Carlos VII (Michel Muller, Wasabi) a cambio de ayudarle en su campaña para reclamar el Trono de Nápoles, aliado de los Borgia a través del matrimonio de su hijo Joffre (Aidan Alexander) con la bastarda del rey napolitano, Sancia (Emmanuelle Chriqui, Entourage), la cual no se corta en abandonar el lecho del niño Borgia para fornicar con su hermano Juan (David Oakes, The Pillars of Earth), Confaloniero de la Armada Papal. Al final de la temporada, el rey francés y su poderoso ejército cabalgan hacia Nápoles cruzando por Roma, la cual arrasarían de no ser por los encantos de Lucrezia, que escapa de su hogar compartido con el Sforza al quedarse preñada del chico del establo, Paolo (Luke Pasqualino, Skins) y es capturada como rehén por los franceses, al igual que la Farnese. La Borgia es tan encantadora con el monarca francés que consigue que se reúna con su padre sin comenzar una batalla, aunque humillando a su propio hermano Juan y a su mediocre ejército. Así, tras una trabajada artimaña, Rodrigo Borgia consigue mantenerse en el poder y vende el trono napolitano al rey francés, aún cuando la ciudad esconde un oscuro secreto.
Ahora bien, ¿qué destacar de la brevísima primera temporada? La sangre y el fornicio al fin y al cabo no son tan sorprendentes como pueda parecer, aunque sin duda sean un aliciente. Tampoco es magistral el inicio argumental de la serie, tocando tramas algo aburridas y pesadas (la introducción de Micheletto -Sean Harris, Harry Brown-, o la trama de Djem), ni tampoco me parece interesante el excesivo enfoque en la relación del aburrido Cesare con Ursula Bonadeo (Ruta Gedmintas, Prowl) capítulos más adelante. No obstante, es a partir de la introducción de esta relación cuando empieza lo más entretenido de esta historia, pues coincide con la boda de Lucrezia y Giovanni Sforza, reintroduciendo al personaje de la niña Borgia desde un punto de vista mucho más atrevido y comenzando una brillante evolución en la que destaca el tremendo esfuerzo (y belleza) de Holliday Grainger, la cual lleva el peso de muchísimas tramas con soltura. Obviamente, Jeremy Irons también borda su personaje pero no es algo que sorprenda, pues sería de ese modo si por algún casual no dominara el papel de Rodrigo Borgia.
¿La pena? Que no profundizaran más en temas incestuosos. Pero démosle tiempo.
¿La pena? Que no profundizaran más en temas incestuosos. Pero démosle tiempo.
Interesante vídeo sobre el trabajo de los efectos visuales
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