Esta semana acababan tres series cómicas que, por un motivo o por otro, cuyo final no hemos podido comentar a tiempo en nuestro blog, razón suficiente para cerrar las temporadas ahora como estas series se merecen.
The Big Bang Theory terminaba su cuarta temporada en la CBS con una sorpresa con cliffhanger incluido (pero que no os vamos a desvelar del todo), y da pie a los sucesos que sucederan no solo en la quinta temporada, sino también en la sexta y la séptima. La serie fue renovada de golpe para tres temporadas más y quién sabe si la audiencia aguantará hasta entonces a una pandilla de frikis que sin lugar a dudas ya muestran señales de oxidación. Aunque hemos tenido menos Sheldon y más secundarios esta temporada, es inevitable que el extraño personaje siempre salga a relucir, aunque cada vez con menos atino.
Así, en The Roomate Transmogrification Raj tiene que huir de su propia casa debido a que Leonard y Priya están en ella, más cariñosos que de costumbre y con las paredes de papel. Busca asilo en Howard pero su madre parece demasiado interesada, y finalmente en Sheldon, quien le permite ser su nuevo compañero (y que rápidamente se convierte en mejor que Leonard a ojos del físico). No obstante, una noche Penny va a tomar unas copas allí, quedándose el hindú y ella solos... una cosa llevó a la otra, que se suele decir. Una trama algo absurda pero lo suficiente como para estar atentos al regreso de la serie en septiembre.
La Fox finalizaba el miércoles pasado la primera temporada de su única comedia superviviente del año pasado, Raising Hope. La Familia Chance al completo junto con todo el conjunto de secundarios finiquitaban su primer ciclo en la cadena con un estupendo capítulo de flashback, el cual nos ha permitido conocer y comprender muchas de las peculiaridades de los personajes y, por qué no, soltar más de una carcajada. Raising Hope se merece sin lugar a dudas ese puesto de superviviente, pues la atmósfera que rodea la serie es tan hilarante que no cabe duda de que su renovación para una segunda temporada es una decisión más que acertada (aunque también hay que decir que al principio era una serie mucho más bruta, tal vez demasiado para la cadena).
En Don't Vote This Episode (título de la season finale) la razón del flashback nace del hecho de que Maw Maw y Jimmy cumplen los años el mismo día, y a través de la historia de cumpleaños fallidos Jimmy nos cuenta cómo era la vida de su familia antes de que Maw Maw perdiera la cabeza seis años antes. Como curiosidad, Jimmy era entonces un gótico que se hacía llamar Drakar Noir, Maw Maw les echó de casa y el chico se fue a vivir al supermercado donde todavía trabajaba Shelley (y vemos cómo se rompe su diente); una novata Sabrina, que se enamora de Drakar Noir e intenta ligárselo; Frank, que era un buen trabajador y un obeso Barney. El capítulo cierra de una manera un tanto dulzona, debido a que los Chance vuelven a casa para cuidar a Maw Maw, que empieza a perder sus facultades. Buena forma de terminar una temporada, y muy buen uso del típico recurso cómico del capítulo flashback.
Finalmente, The Simpsons concluían su vigesimo segunda temporada (parece mentira que duren tanto) con el mismo espíritu que llevan desarrollando a lo largo de la misma: aburrimiento. La serie se mantiene gracias a su historia, su costumbre y un par de gags poco desarrollados pero que resultan divertidos. No obstante, es obvio que la serie necesita una intensa renovación o, quizás, una cancelación inminente (aunque los resultados digan lo contrario). En su último capítulo, The Ned-Liest Catch, sus guionistas volvían a intentar enrollar a dos personajes clásicos de la serie: Ted Flanders y Edna Krabappel. Un capítulo sin más, con poca fuerza y nulo interés. Es lo que tiene ver una serie solo por tradición. Además, la Fox ha lanzado una campaña para que los espectadores puedan votar a favor de esta pareja, cuyo resultado conoceremos en septiembre a través de la serie.
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