No soy mucho de culebrones, no me llaman la atención especialmente. Otra cosa es hablar de culebrón de época, de aristocracia y de Servicio con "s" mayúscula, porque es un tema jugoso y que da para crear una y mil historias. No en vano, siempre dije que tendría que haber nacido noble e inglés, pero ese es otro asunto.
Downton Abbey se estrenaba este otoño en la no tan lejana Inglaterra, y con solo siete capítulos (lo normal para una serie británica, que incluso son más cortas las temporadas inglesas que las españolas) ha cautivado a millones de personas. Quién iba a decir que a estas alturas de la historia, la gente se iba a pirrar por un drama de época. Jullian Fellowes, su creador (y aristócrata también), no es tonto, y consiguió que la serie triunfara costase lo que costase. Un millón de libras a la hora es lo que diferencia la calité del resto de inmundicias. La serie británica más cara de la historia y uno de los period drama más exitosos. Adoro el dinero y no poseerlo.
El periodo que han elegido para hacer el drama no podría ser más interesante (la era victoriana no podría estar más explotada): la primera temporada transcurre entre el hundimiento del Titanic y el comienzo de la I Guerra Mundial, en la localización ficticia de Dowton Abbey, hogar del Conde de Grantham y familia, los Crawley. La familia principal la forma Robert Crawley, conde de Grantham (Hugh Boneville, Notting Hill); su esposa Cora Crawley (Elizabeth McGovern, Once Upon a Time in America), condesa; hijas Lady Mary (Michelle Dockery, Red Riding), Lady Edith (Laura Carmichael) y Lady Sybil (Jessica Brown-Findlay, mala malísima de Misfits); la condesa viuda Violet Crawley (Maggie Smith, Gosford Park). Más tarde se les unirán la señora Isobel Crawley y su hijo Matthew, éste como heredero del título.
Pero la aristocracia es solo una pequeña parte de esta historia. Como en Gosford Park, película que destaco de la extensa filmografía de la Dama Maggie Smith, aquí el Servicio juega un papel tan importante como el de sus señores. Son tan protagonistas como aquellos y sus historias, si cabe son igualmente interesantes. Como era de esperar, aristocracia y criados se entremezclan haciendo que el culebrón sea más intrigante de por si. Entre el extenso cuerpo de criados del Conde destacan: Carson, mayordomo (Jim Carter, The Golden Compass), la señora Hughes, ama de llaves (Phyllis Logan, Secrets & Lies); la señora Patmore, cocinera (Lesley Nicol, East is East); Bates, ayuda de cámara del conde (Brendan Coyle, The Jacket); O'Brien, doncella de la Condesa (Siobhan Finneran, Boy A); Thomas, primer lacayo (Rob James-Collier, Coronation Street); Mason, segundo (Thomas Howes); Anna (Joanne Froggatt, Robin Hood) y Gwen (Rose Leslie), criadas; Daisy, ayudante de cocina (Sophie McShera, Waterloo Road); y Branson, chófer (Allen Leech, Roma).
Es cierto que no es nada revolucionaria: llena de tópicos y de situaciones totalmente previstas, pero que no restan un ápice el encanto y la calidad de la serie en ningún momento. Es todo elegancia, pero sin ninguna presuntuosidad: se nota el esfuerzo por cuidar el estilo y la trama. Se nota que es un producto muy elaborado y muy bien pensado. ¡Quién iba a decir que una serie de época iba a tener un ritmo tan adecuado!
Y lo que me gusta a mí el acento inglés. Segunda temporada el otoño que viene. Anotado.
Nota: Maggie Smith es toda una SEÑORA.
Increíble opening, muy precisa y sencilla.
Maggie Smith es LA PROFESORA MCGONAGALL, y además una señora xD
ResponderEliminarMaggie Smith molaba desde mucho antes de ser McGonagall!
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