Fresh Meat, carne poco hecha

Desde que la descubriéramos por sus inicios allá en el 2011 —que en tiempo seriéfilo es una eternidad— no hemos hecho más que cantar las alabanzas de Fresh Meat, la serie de "jóvenes adultos" de la británica Channel 4 que, sin hacer mucho ruido y con unos personajes tremendamente estereotipados, consiguió llamar nuestra atención y provocarnos más de una carcajada.

A la altura de su tercera temporada, como ocurre con cualquier otra serie, Fresh Meat no necesitaba más que repetir sus viejos patrones para mantener vivo nuestro interés, y eso ha hecho. El único problema es que se ha tomado demasiado en serio aquel principio que dicta lo innecesario que resulta cambiar algo que ya funcionaba previamente. Eso se ha traducido en una temporada un tanto floja a la que sin duda le ha faltado esa garra tan característica que había marcado sus dos primeras entregas. Y es una pena.

Lo es, porque el potencial de Fresh Meat como comedia universitaria de culto es tremendo y, en lugar de explotar sus activos cómicos como bien podría hacerlo, lo que se ha decidido es repetir constantemente las mismas historias que nos han llevado hasta aquí, además, con el error de tratar de otorgarle a la serie una conciencia que resulta innecesaria en un producto tan caótico. Se podría decir que hasta los últimos episodios de la temporada —concretamente el séptimo, realmente bueno— Fresh Meat no consiguió despegar un ápice: a destacar, la cansina relación de Josie y Kingsley, cuyo único hito destacable ha sido representar el sentimiento de opresión que toda pareja joven puede encontrar ante un compromiso serio; o la ya clásica eterna disputa/amistad entre Vod y Oregon, que nada nuevo podía aportar a lo que ya conocíamos —de hecho, la trama del novio de Vod ha sido lo peor de largo—; o, por si fuera poco, el errático camino de JP alrededor de Sam, la niña de sus ojos. Por si fuera poco, la "nueva", Candice —cristiana que busca encontrar su camino—, ha sido colocada como comodín en todas las tramas posibles sin llegar a funcionar en ninguna y, especialmente, molestar en casos como el de su competitividad con Oregon.

No voy a decir que la temporada no haya tenido nada memorable. Personalmente me quedo con el capitulazo de Vod y su madre, que nos mostró una faceta bien distinta de la rebelde joven y nos dejó con alguna que otra escena para el recuerdo. Aun así, prefiero olvidar el resto. Como decía, hasta bien entrada la recta final de la temporada, con la trama del Sindicato de Estudiantes —con un desenlace muy divertido—, JP desatado, y la deseada ruptura de Josie y Kingsley, Fresh Meat demostró que con esta entrega había tocado fondo. ¿Podrán recuperar posiciones en una hipotética cuarta temporada?

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