Una serie indie, semi-autobiográfica sobre una (casi) treintañera que atraviesa una crisis en su vida. Sí, ya sé lo que estaréis pensando: "vaya, algo que todavía no habíamos visto". Pues hacedme caso cuando os digo que no, no habéis visto nada como Insecure.
Su protagonista, Issa Rae, es un soplo de aire fresco en la parrilla televisiva. Primero porque, al contrario que otras series similares como podrían ser Louie o Better Things, afronta la vida con humor, pero humor de verdad, sin amargor ni acritud hacia la vida. Segundo porque es negra y habla de los problemas a los que se enfrentan a diario los negros en Estados Unidos pero sin profundizar ni hacer de ello el tema central de la serie. No es una abanderada de nada y lo es de todo al mismo tiempo.
Sus conflictos personales son universales, se encuentra sumergida —que no ahogada— en los problemas cotidianos de un trabajo mediocre y una relación amorosa insatisfactoria, aunque para sobrellevar todo esto cuenta con una mejor amiga que es el pilar de su vida aunque no estén siempre de acuerdo en todo. Es muy fácil llegar a identificarse con ellas y con las preguntas que se plantean sobre el devenir de sus vidas cuando los temidos treinta empiezan a asomar el morro.
El piloto nos presenta a la protagonista de una manera sencilla, sin poner sobre la mesa grandes conflictos, casi sin pretensiones y eso es, a mi modo de ver, una de las claves del éxito. Sabemos de Issa que es la única trabajadora negra de una organización sin ánimo de lucro que trabaja en barrios desfavorecidos. Que nadie la toma en serio, ni sus compañeros ni los jóvenes a los que intenta ayudar. Sabemos también que lleva cinco años con su novio, de profesión vago, y al que sin apenas conocerle ya le tengo tirria. Pero él dejará pronto de ser un problema, ya que Issy está decidida a dar un paso adelante y soltar lastre porque, tal y como ella dice, “dentro de un año cumplo treinta, no tengo tiempo de aguantar esta mierda”.
Y luego está Molly —esa mejor amiga de la que hablábamos antes—, una abogada cuyos dramas vitales giran en torno a las distintas citas fallidas que va encadenando. Los encuentros entre las dos amigas nos muestran una ciudad de Los Angeles casi desconocida. Acostumbrados a las series que nos hablan de cuarentones blancos de clase media-alta o de hípsters que frecuentan los bares y restaurantes de moda, encontrarnos en barrios populares es una novedad necesaria y un aspecto más de la vida de la protagonista con el que sentirnos identificados.
Es, en resumidas cuentas, una serie sobre la amistad y el sexo en los tiempos del Tinder, en la que Issa Rae, actriz para mí desconocida hasta ahora, brilla con luz propia. Una heroína entrañable que afronta los problemas con un buenrollismo arrollador y se gana nuestros corazones a golpe de simplicidad y sinceridad. Sus dudas e inseguridades son las mismas a las que nos enfrentamos nosotros y, aunque con solo un episodio emitido es pronto para saberlo, se perfila como la digna sucesora de Girls, que afrontará en unos meses su última temporada. Aunque lo que sí sabemos ya es que, a diferencia de Lena Dunham, Issa Rae no se autodenomina la voz de nadie, y eso la honra. Insecure ha entrado con fuerza en mi lista de flechazos del año, no os lo perdáis.
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