Esta semana TV Land (Younger) estrenaba Teachers, una comedia adaptación de la webserie homónima y que, a mí personalmente, me ha dejado fría. La serie nos cuenta las idas y venidas de seis profesoras de primaria tirando a desequilibradas, de sus pacientes alumnos y del no menos equilibrado director. Porque sí, al parecer en este colegio todas las maestras son mujeres (entre poco y nada sorprendente) pero el jefe es un hombre (aún menos sorprendente). Como la vida misma.
La trama del primer episodio gira, como no, en torno al bullying, pero no como estáis pensando. Resulta que, paradójicamente, en este cole no hay problemas de acoso pero una de las profes, Deb (Kathryn Renée Thomas), por algún tipo de pájara mental que no viene al caso, denuncia al colegio y les obligan a establecer un programa anti-acoso. A partir de ahí ya nada tiene sentido.
Viendo las fotos de promoción de la serie, me llamaban la atención los distintos roles que se presentaban: la cuarentona presumida cuyo atuendo no deja nada a la imaginación, la rubita con cara de niña que no ha roto un plato, la que parece que acaba de salir un after… Todos sabemos que los profesores tienen vida privada y no tienen por qué parecerse a la señorita Rottenmeyer, de hecho es mejor que no lo hagan, y me apetecía mucho ver como explotaban esa cara B del profesorado. Y hasta en eso me he llevado un chasco.
Los personajes son más que predecibles y, a pesar de lo mucho que podrían dar de sí, me han parecido bastante superficiales y temo que nunca lleguen a tener la profundidad necesaria para dar consistencia a la historia. La sala de profesores se ha convertido desde el minuto uno en el cuartel general en el que ponen sobre la mesa sin tapujos sus hazañas y miserias. De pequeños todos hemos querido saber qué pasaba tras esa puerta, y esta serie nos ha enseñado que tampoco era para tanto.
Pese a ser fan y defensora del humor incómodo, no he conseguido entrar en los chistes en ningún momento. Se podrían destacar un par de momentos graciosos con el niño del pelucón o la pobre cría que intenta dibujar a su maestra con muy buena voluntad pero muy poco talento y las críticas que recibe a lo Risto Mejide. Y ya.
A priori la implicación como productora de Allison Brie (Community, Mad Men) en el proyecto le daba un punto de solidez y credibilidad que se pierden en el primer fotograma. Brie tiene además un pequeño, pero importante, rol en el primer episodio que imagino se irá desarrollando en el futuro. Siendo la archienemiga de Deb, su acosadora en el instituto reconvertida en cabra anti-acoso, (no, no es broma) tiene la continuidad del personaje asegurada. Bueno, eso y que ella es la que controla la pasta.
Esperemos que las guionistas y protagonistas de la serie, las Katydids, consigan redondear los personajes y mejorar una serie que sobre el papel parecía interesante. Yo ya no estaré ahí para verlo, pero vosotros deberíais al menos echarle un ojo al piloto y juzgar por vosotros mismos.
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