Un año más llega la gala de los Emmys, la noche en la que las series se visten de fiesta y, otro año más, os traemos nuestras apuestas. Empezamos por la categoría más reñida (al menos en esta ocasión), la de las series limitadas o miniseries, ésa que reúne los títulos que han ido acompañados de la coletilla “la mejor serie en lo que va de año” y que hacen que tengamos el corazón dividido. Suponemos que la elección de mejor actriz habrá sido casi tan complicada como la del presidente de España, pero con menos circo y mejor resultado. ¿No podemos hacer como en el cole y que todo el mundo sea ganador?
A tope con Big Little Lies
A pesar de que The Night Of nos tuviera con el corazón en vilo el año pasado, que Fargo haya firmado su despedida con una temporada más que notable, que Feud nos haya mostrado al Ryan Murphy más maduro y con la sorpresa de la nominación de Genius (que ha pasado mucho más desapercibida para la audiencia), las amas de casa de Monterrey nos tienen ganados desde la primera escena.
Big Little Lies es probablemente la serie más completa de todas, mezclando una intriga que han sabido mantener hasta literalmente el final de la serie, entretenimiento y unos personajes redondos cuyas tramas, tanto de manera individual como conjunta, funcionaban como un reloj suizo. Nos ha devuelto a actrices maravillosas merecedoras todas de todos los Emmys del mundo y ha representado de manera muy interesante la hipocresía de un micromundo aparentemente idílico y la compleja —a la vez que maravillosa— relación entre un grupo de mujeres que es todo un ejemplo de sororidad. Una serie sin peros que parece que tiene el favor de crítica y público. Todo apunta a que en esta categoría ya tenemos reina del baile y, de no ser así, esperamos que la vencedora sea Feud.
Mejor actriz: la categoría de la discordia
Es casi imposible decidir cuál de las seis actrices nominadas debería llevarse el premio. A pesar de que Carrie Coon merece que se creen premios nuevos sólo para poder dárselos a ella, es quizás una de las candidatas peor posicionadas en el ranking, sólo superada por Felicity Huffman, que parece casi evidente que un año más se va a ir a casa de vacío. Si bien yo la hubiera nominado por su papelón en The Leftovers (la gran ninguneada este año), su interpretación en Fargo está a la altura del premio. Si se lo lleva sería, sin duda alguna, una de las sorpresas de la noche.
Y en la parte alta de la lista: dos duelos de divas. Por un lado, Witherspoon-Kidman nominadas por Big Little Lies y, por otro, Sarandon-Lange, protagonistas de Feud. Me imagino rondas interminables de votaciones para desempatar y la desesperación de los miembros de la Academia ante la imposibilidad de elegir un sólo nombre.
Antes de que se emitiera Feud, parecía evidente que el Emmy ya tenía nombre y que ése era el de Nicole Kidman. Cuando ya pocos creían en ella, va y nos regala uno de los grandes personajes del año y, sólo por eso, merece ganar. Pero ¿acaso Reese Witherspoon se queda atrás? No, para nada. En cuanto a las protagonistas feudianas, a las que pocos reproches se les puede hacer, parece que la balanza se inclina más hacia Sarandon. Desde aquí proponemos que el premio lo compartan las cuatro y, si eso, que Nicole se lo quede un poco más de tiempo y asunto resuelto.
Riz Ahmed, la revelación del año
The Night Of puso en el radar seriéfilo a un gran actor que, aunque contaba con varias series y películas en su haber, era desconocido para el gran público: Riz Ahmed. Británico de origen pakistaní, además de merecerse con creces el premio, puede aportar la nota de diversidad que tanto le gusta al señor hipócrita que es Hollywood. Que no es que no estemos a favor de la diversidad, ojo. Con lo que no estamos de acuerdo es con la diversidad impostada, ésa que no existe por convicción sino para evitar las críticas y quedar bien de cara a la galería. Está feo decirlo, pero más feo es que sea verdad.
En cuanto al resto de candidatos, parece que John Turturro, compañero de reparto de Ahmed, es el único que puede considerarse un verdadero rival. Más difícil lo tienen Benedict Cumberbatch (Sherlock), Robert de Niro (The Wizard of Lies), Ewan McGregor (Fargo) y Geoffrey Rush (Genius), que saben tan bien como nosotros que tienen muy pocas posibilidades de alzarse con la estatuilla.
¿Qué pasa con los secundarios?
Tenemos un problema de indecisión en la categoría de actor de reparto. Si con las protagonistas no éramos capaces de decidirnos porque nos gustaban todas, en ésta no tenemos claro que nos guste uno por encima de los demás. Todo apunta a que el nombre que se leerá el domingo por la noche será el de Alexander Skarsgård por su odioso (a la vez que perfectamente ejecutado) personaje en Big Little Lies.
No nos importaría que ganara Alfred Molina, el paciente Robert Aldrich de Feud (de hecho, nos encantaría) y creemos poco o nada en las opciones del resto de nominados, a saber: Bill Camp y Michael K. Williams por The Night Of, Stanley Tucci por Feud y David Thewlis por Fargo.
En cuanto a las mujeres, y por mucho que queramos a la maravillosa Regina King —ganadora ya de dos Emmys en esta categoría por American Crime— creemos que es el año de Laura Dern. Su personaje es uno de los más antipáticos de Big Little Lies y, aun así, es imposible odiarla. Su compañera de reparto Shailene Woodley se queda con escasas opciones ante semejantes contrincantes y juntas dejan prácticamente sin opciones a Judy Davis y Jackie Hoffman (Feud) y Michelle Pfeiffer (The Wizard of Lies).
Como veis la categoría de serie limitada es un verdadero duelo de titanes en la que, aunque algunos nombres se perfilan desde hace semanas como favoritos, puede haber sorpresas. El desenlace la madrugada del domingo en sus pantallas.
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