Bates Motel se despide de nuestras vidas tras cinco temporadas, cuatro de las cuales nos han servido para conocer todo lo que rodeaba la vida de la pequeña familia Bates antes de Psicosis. La obra de Hitchcock sirve de inspiración para una serie que, a pesar de que a título personal diría que es muy buena, estaba plagada de elementos innecesarios. Historias tediosas que rodeaban a ambos protagonistas y que se justificaban diciendo que era parte de la creación de ese lobo con piel de cordero que regentaba el Motel. Elementos que solo alargaban el recorrido hacia el objetivo principal: saber cómo termina Marion muerta en la ducha. Pues de ninguna manera, finalmente. Ya que la serie da un giro al maestro del suspense y deja viva a la única persona que debía morir. Nosotros, por supuesto, pasaremos todo el episodio esperando la escena de la ducha, que llega, pero no con los mismos protagonistas.
Psicosis, estrenada en 1960, fue una revolución por motivos sobradamente conocidos. Ese famoso giro argumental que introduce un film dentro de otro, no es necesario en Bates Motel. Nosotros llevamos años en Pineview, cinco temporadas viviendo en Psicosis y siendo testigos de las atrocidades que Norma/Norman nos brinda. Por ello, Marion no debe morir, su muerte era la inmersión en la vida de Norman Bates en película, y su liberación es en sí el giro en la historia que propone la serie.
Por supuesto, no iba a desaparecer la escena de la ducha, ya que habría sido una autentica decepción. Pero mientras que en la obra de 1960 son dos mujeres las que protagonizan el asesinato, en esta ocasión serán dos hombres quienes hagan lo propio. En la película original, Norman no cree haber matado a nadie. Él sabe (o cree saber) que su madre es la que lleva a cabo todos los asesinatos. Por lo que cuando es descubierto por la policía, su declaración de inocencia no puede ser más sincera.
Sin embargo, en la serie, Norma es la asesina que mata para proteger a su hijo de sí mismo hasta que él reclama saber. Ese conocimiento llega en el baño de la habitación número 1 del motel Bates. La famosa escena se convierte en el primer asesinato real de Norman, el único del que él será realmente consciente, que servirá para que descubra su propia verdad y para que, invadido por la culpa, se lleve a sí mismo frente a la justicia.
Sin embargo, en la serie, Norma es la asesina que mata para proteger a su hijo de sí mismo hasta que él reclama saber. Ese conocimiento llega en el baño de la habitación número 1 del motel Bates. La famosa escena se convierte en el primer asesinato real de Norman, el único del que él será realmente consciente, que servirá para que descubra su propia verdad y para que, invadido por la culpa, se lleve a sí mismo frente a la justicia.
Durante esta última temporada han aprendido de sus errores: nada de extras. Bates Motel ya cuenta con una historia con suficiente peso argumental y deben jugar con él. Norma y Norman comparten finalmente un solo cuerpo, del que toman posesión indistintamente. La toma de control de Norma sobre la mente de su hijo es cada vez más frecuente y, lo que es más preocupante, el propio Norman no es consciente de la mayoría de esas perdidas y mucho menos de lo que sucede durante ese tiempo en el que no es él mismo. Norman ve a su madre como la veía cuando estaba viva e interactúa con ella como lo puede hacer con cualquier otra persona. Pero esa no es la Norma que nos debe preocupar. La que es motivo de perturbación es aquella que actúa cuando Norman desaparece. Lo interesante de la serie es cómo juegan con esta dualidad mental del personaje de Norman: en ocasiones usan a ambos actores, Vera Farmiga y Freddie Highmore, para que interpreten a la misma persona, y en otras pondrán en manos de un mismo actor a ambos personajes. Es este último punto el que me resulta más interesante, ya que vemos el talento de ambos en su máximo esplendor (concretamente de Highmore).
Y con esta brillante temporada llega a su fin Bates Motel. Un punto y final para una serie que, teniendo su más y sus menos, nos ha dado grandes momentos. Y será por ellos por los que la echaremos de menos.
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