Llevamos varios
meses oyendo hablar de la nueva serie de Clyde Phillips (Dexter) y al fin ha
llegado el momento, el próximo día 5 se estrena en Estados Unidos justo después
de la irreverente Preacher, para a continuación pasar a emitirse a los martes.
Tuve el honor y
el placer de ver el piloto en el Festival Series Mania, compartiendo sala con
el propio Phillips y con una decena de
amables enviados de la cadena AMC que se dedicaban a registrarnos y que, por si
sus envergaduras de armarios de tres puertas no impresionaban lo suficiente,
estaban equipados de sensores infrarrojos para asegurarse de que nadie grababa
el episodio y que no había filtraciones de ningún tipo. Apenas paranoicos.
No voy a entrar
en detalles de lo que vi, sólo decir que me gustó y que tengo muchas ganas de
descubrir el resto de la temporada. Para no destriparos lo que sucede en el
piloto, no voy a hacer una review, sino daros cinco razones para verla.
1. La cocina
Sí, verlos
cocinar es una razón en sí misma. Los protagonistas de la serie estuvieron en
el pasado unidos por su trabajo en un restaurante y, tras superar algunos obstáculos,
Dion (Jim Sturgess, Close to the Enemy) decide que es el momento de volver a
ponerse el mandil y retomar el proyecto de crear su propio restaurante. Si me aceptáis
un consejo, ved la serie con el estómago lleno, así nos os pasará como a mí,
que fui sin merendar y salivaba como Homer Simpson ante una caja de donuts.
2. La adaptación
Feed the Beast es
una adaptación de la danesa Bankerot, cuyas dos temporadas han cosechado un
gran éxito de crítica y público en el país nórdico. Los creadores de la
original, Henrik Ruben Genz (Borgen), Malene Blenkov (Almost Perfect) y Piv
Bernth (The Killing) han trabajado codo con codo con Phillips en la adaptación de
los guiones.
Aunque en un
principio iban a traducir el título original (significa bancarrota) como Broke
(roto, arruinado), finalmente optaron por uno que, en palabras del propio
creador, puede tener varias interpretaciones: alimentar a la bestia siendo la
bestia los clientes del restaurante, los demonios internos de los personajes o
incluso el público que ve la serie.
3. Clyde Phillips
He de confesar
que le echaba de menos, a pesar del, a mi modo de ver, horrible final de Nurse
Jackie. Solo por haber traído Dexter a nuestras vidas ya merece todo nuestro
respeto. Y, algo que le honra aún más si cabe, es que tuvo el buen criterio de
abandonar el barco tras la perfecta cuarta temporada. Ojalá hubiera hecho yo lo
mismo.
Como es habitual
en sus series, nos presenta personajes muy bien dibujados víctimas de sus
actos, destrozados por dentro, acechados por los fantasmas del pasado y
luchando por resurgir de sus cenizas.
4. La amistad
La relación entre
Dion y Tommy (David Schwimmer) es la base fundamental de la historia. Se
reencuentran tras varios años oscuros, en los que cada uno ha tenido que lidiar
con problemas muy graves, y que hacen que no se encuentren en el mejor momento
de sus vidas. Precisamente por eso la amistad cobra más sentido que nunca, la recuperación
de la confianza el uno en el otro y, sobre todo, el hecho de retomar un sueño
del pasado que se convertirá en la razón que necesitan para seguir luchando por
su futuro.
5. David Schwimmer
Qué alegría me da
su vuelta a la pequeña pantalla, oigan. Ya pudimos verle a principios de año en
American Crime Story encarnando a Robert Kardashian, y ahora se mete en la piel
de Tommy Moran, un reconocido sommelier neoyorkino que lucha por reconstruir su
vida tras la pérdida de su mujer.
Al actor le ha
costado mucho sobrevivir a su archiconocido personaje de Friends, tanto que
hasta ahora había rechazado papeles importantes en series por miedo a que el
público no pudiera evitar compararlo con Ross. Pero al fin se ha quitado esa
losa y ha decidido volver con estos dos proyectos de peso. Cuenta Clyde
Phillips que, durante el rodaje de Feed the Beast, David Schwimmer le contó su miedo a que el proyecto fallara porque el público siguiera viendo en él a Ross
y fuera incapaz de ubicarle en este nuevo rol. A modo de broma y para quitarle
importancia al asunto, Phillips le regaló una chapita como la que se ponen en
las lápidas que rezaba “Ross Geller, 1995-2016”.
Tranquilo, David,
te amamos como Ross, y sabremos amarte como Tommy también. Larga vida a Feed
the Beast.
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