El visionado de este capítulo me ha dejado, muy a mi pesar, bastante indiferente. No quiero perder la fe tan pronto, y menos con esta serie que tan enganchada me tiene, pero tengo muchas dudas sobre la deriva que están tomando algunas de las tramas.
¿Es buena idea que Cookie monte su propia empresa? Sabemos que es una mujer
visceral que no se piensa las cosas dos veces, pero quizás querer crear de la
nada una discográfica capaz de competir con Empire Enterprises sea la típica
idea que merece ser madurada. Sabe lo que quiere pero no cómo conseguirlo. Y si
a eso le añadimos que su principal baza sea Hakeem, cuyas prioridades siempre
han sido las faldas, el dinero y la fama (por ese orden), tenemos la
combinación perfecta para el fracaso.
El único que podría poner un
poco de cabeza en toda esta historia es Andre, pero solo eso, la cabeza, ya que
el corazón se le ha quedado en Empire. Intenso, quizás demasiado, el momento en
el que se confiesa a su padre: “Llevo Empire
en la sangre, cuando sangro, sangro Empire”. No estamos acostumbrados a verle
mostrar así sus sentimientos pero, a pesar de su arrepentimiento, no consiguió
ablandar el corazón de Lucious, que no perdona la traición de su hijo mayor.
Quien pensara que la cárcel iba
a impedir que Lucious continuara manejando los hilos de la familia se
equivocaba, y de qué manera. Ya se sabe
que hay que tener amigos hasta en el infierno, y el que ha vivido en él lo
tiene mucho más fácil. A pesar de sus encontronazos con los otros presos y
con algún que otro guarda, no ha nacido aún la persona que consiga cortarle las
alas al patriarca de los Lyon. Confieso que en el capítulo anterior pensaba que el paso de Lucious por la cárcel podía dar mucho juego y un aire diferente a la serie, fuera de las mansiones y los pasillos de la discográfica, pero me equivocaba.
Lo más interesante ha sido, sin duda, la llegada inesperada de un
abogado (que parece, todo hay que decirlo, sacado del anuncio de Micolor) sin
principios pero con muchos recursos, que no solo ha acortado considerablemente la
estancia de Lucious entre rejas, sino que le ha permitido grabar un single. Sí, un single, en la cárcel y con un equipo tan básico que me planteo la
idea de crear mi propio estudio de grabación en casa. El tema ya suena en todas
las radios y es una piedrecita más en el camino de Cookie hacia la gloria.
¿Quién eres y qué has hecho con Jamal?
Mención aparte merece el mediano de la saga. Atrás quedaron los tiempos en
los que Jamal era el protegido de Cookie, su niño bonito. Ella fue quién estuvo
a su lado cuando salió del armario, y la que de hecho le animó a hacerlo, la
que daba la cara por él ante Lucious. ¿Qué
te ha pasado, Jamal? No sé quién eres y no me gusta esta nueva versión de ti.
El nunca quiso dirigir la
empresa familiar. Entonces ¿por qué aferrarse de esa manera al puesto? Porque
fue su padre quien le puso ahí. Desde pequeño siempre ha buscado el reconocimiento
y el cariño de Lucious, que le aceptara tal y como es. Puede que sea la primera vez en su vida que siente que su padre confía
en él y no quiere defraudarle. ¿Eran limpias las intenciones del patriarca
al ponerle al frente de la empresa? ¿Le eligió por ser el más débil y fácil de
manejar?
Pronto tendremos respuesta a estas preguntas, ya que como no hay nada que el dinero no pueda comprar, incluida por supuesto la justicia, Lucious saldrá de prisión y volverá a ponerse al frente de Empire Entreprises. El avance del próximo capítulo me hace pensar que no está todo perdido, ojalá no me equivoque.
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