The Big Bang Theory, la temporada de los grandes cambios

Recién finalizada la séptima temporada de The Big Bang Theory hemos sabido que ha sido la serie más vista de esta temporada y no nos extraña en absoluto. Además, sus responsables han firmado por tres temporadas más, por lo que la diversión está asegurada, por lo menos, hasta la décima temporada de una de las sitcoms más queridas y de mayor calidad de la parrilla televisiva norteamericana.

Tras su despedida, podemos decir que esta temporada ha estado llena de cambios y evoluciones importantes en la mayoría de los personajes principales. Aun así, la mayor transición la ha experimentado sin duda Sheldon, que ha tenido una crisis profesional importante, muchos avances afectivos en su relación con Amy (algo más carnal de lo que en principio pudiéramos haber imaginado), un duelo por la muerte del Profesor Protón y sobre todo, la perspectiva de dejar de vivir con Leonard ante su compromiso final con Penny. Aunque los guionistas poco a poco nos iban preparando para este final de temporada, no nos imaginábamos que fuera a terminar así, con la marcha de Sheldon y un viaje vital como el suyo en el horizonte.

Pese a llevar siete años en antena, se puede decir que The Big Bang Theory ha logrado la difícil tarea de seguir ofreciendo momentos gloriosos y memorables casi en todos y cada uno de sus recientes episodios. Y es que pese al paso del tiempo, la calidad de este show cómico no desciende en absoluto y la séptima temporada se ha cerrado por todo lo alto. Aparte de la evolución de Sheldon, el hecho más importante de este año, la serie se ha despedido con el compromiso de matrimonio de Penny y Leonard, algo descafeinado teniendo en cuenta las veces que han estado a punto de firmar el acuerdo en temporadas pasadas. Quizás por eso no nos emociona tanto (por lo menos a mí personalmente) como el noviago de Raj, el único lobo solitario del grupo cuya comicidad, además de su relación con Howard, siempre ha residido en sus extravagancias, su ambigüedad sexual y sus penurias como sempiterno solterón. Pero, ¿no era hora ya de que al chico le salieran bien las cosas con las mujeres? Era un cambio necesario para su personaje, que al final de la temporada logra consumar su incipiente noviazgo con la dermatóloga Emily, eclipsando incluso el compromiso de Penny y Leonard.

Otro de los aspectos más notorios de esta temporada, han sido las dudas y las frustraciones a las que se ha tenido que enfrentar Penny en lo referente a su carrera como actriz. Es cierto que nunca ha dado grandes frutos, pero ha sido ahora cuando su mala suerte artística le ha llevado a plantearse de verdad dejar o no de intentarlo. Precisamente el último despropósito, su participación en una malísima película de terror sobre una chica cuyo ADN se fusiona con el de un primate asesino, ha sido lo que le ha llevado a decidirse comprometerse del todo con Leonard.

Por otro lado, la tendencia de incluir cada vez más en las tramas a Stuart, el propietario de la tienda de cómics (ahora calcinada, esperemos que por poco tiempo), ha ido en aumento, ya que ha quedado demostrado que es un secundario genial y con mucho potencial, además de muy querido por los fans de la sitcom. 

En cuanto a la pareja que conforman Howard y Bernadette, durante estos últimos 24 episodios hemos asistido a sus esfuerzos por consolidar un matrimonio joven expuesto a diferentes vicisitudes: la convivencia diaria, las oportunidades laborales que distancian por momentos y las obligaciones familiares que si bien antes acarreaban por separado, ahora son cosa de dos, para lo bueno y para lo malo, como tener que hacerse cargo de cuidar a la pesadísima (en todos los sentidos) madre del ingeniero.

Sobre el futuro del Sheldon no hay ninguna pista por el momento. Hasta Jim Parsons desconoce lo que le espera al físico teórico. Incluso él ha estado preguntando a los guionistas y responsables del show qué será de Sheldon en la octava temporada, pero el secretismo es total. Esperemos que nos sigan sorprendiendo.