En Out Of The Frying Pan conocemos a Siegel, el que será el nuevo compañero de Neal ahora que Burke es el jefazo, y con una mala (o buena, según se mire) suerte bestial, el primer caso que les encomiendan expone a Mozzie como culpable, y no sólo a él, sino a toda su persona, su verdadero yo, ese que ni su mejor amigo conocía. Mientras Caffrey se las ingenia para engañar a todos alejando la mira de Mozzie, finalmente Diana descubrirá la verdad y le pillará con las manos en la masa, pero un parto la mar de oportuno salvará la situación. Lo que no sabemos es qué ocurrirá cuando se reincorpore al servicio, pero me da que las cosas habrán dado más de un giro.
Al conocer la cara de Mozzie era más que evidente que algo habría de pasar para poder seguir contando con él, que el ocultarse día sí día también es buen recurso para un par de veces, pero insostenible a largo plazo. Aún así sorprende descubrir el cruel destino que le esperaba al pobre Siegel, todo con ese silencio, esa música, esa lluvia y esas caras largas, y, sobre todo, esa posible relación con Neal y su encuentro anterior. Me parece un gran gancho para la temporada. Hemos conocido además a la que será tras Sarah —cómo echo de menos a Sarah— el próximo interés de Caffrey, esa pobre (y ahora parada) chica, Rebeca (Bridget Regan, Legend Of The Seeker) que cae en sus encantos casi sin intentarlo. A ver qué nos depara el siguiente capítulo, y si el ritmo se mantiene, que vaya racha.
COMENTARIOS